El
"silencio de Dios" que proclama Joseph Ratzinger
Por qué no existe tal silencio y por
qué muchos no son capaces de entenderlo
INTRODUCCIÓN
En una breve nota el Sr. RB nos dejó saber sus impresiones inciales
sobre libro publicado en el año 2007 por Joseph Ratzinger. Nos fue
obvio que dicho libro ampliamente confirmaba todo lo que hemos
publicado sobre Ratzinger y su función en el Fin de Estos Tiempos. Por
lo tanto, le pedimos al Sr. RB que preparara un documento evaluando
dicho libro para el beneficio de los Fieles. A continuación el lector
podrá leer el fruto de dicho pedido.
Comentarios
al libro "Jesús de Nazaret" de Joseph Ratzinger (1)
Documento
invitado
PROPÓSITO
El libro, "Jesús de Nazaret", firmado por Joseph Ratzinger – Benedicto
XVI – publicado en el año 2007 encabezó la lista de los más vendidos
una vez que fue lanzado. Viniendo de alguien que decía ocupar
legítimamente la Cátedra de San Pedro (2), es
una gran novedad esta forma de comunicación: un libro para consumo de
masas en el que el autor hace alarde de su título personal, "Papa
Benedicto XVI", bien destacado en la portada, para conseguir una
proyección mundial del libro, y a la vez se despoja de su título de
"Papa" anunciando en el prólogo que "no es un acto magisterial" y que
"cualquiera es libre de contradecirme". (3)
Encontramos en dicho libro palabras que causan escándalo viniendo de
quien dice ser Representante de Cristo en la tierra. La intención de
este documento es destapar ese escándalo y no dejar desatendidos a los
lectores ante lo que para Joseph Ratzinger aun es un misterio que deja
sin responder.
DETALLES
El mensaje que emite J.Ratzinger en su libro y que nos llama la
atención es "la pregunta que nos acompañará a lo largo de todo este
libro" (es decir, para él no es una cuestión accesoria, sino central).
Citamos aquí extractos donde su mensaje queda muy claro (reproducimos
textualmente (1); las notas entre corchetes y el
realzado en negrita/subrayado son nuestros):
[En un contexto en el que habla de la
marginación del Tercer Mundo] «Naturalmente,
se puede preguntar por qué Dios no ha
creado un mundo en el que su presencia fuera más evidente; por qué
Cristo no ha dejado un rastro más brillante de su presencia, que
impresionara a cualquiera de manera irresistible. Éste es el misterio
de Dios y del hombre que no
podemos penetrar.» [Cap.2,
pág.58]
[Al hablar de la tentación de edificar un reino terrenal según el
engaño de satanás] «Aquí surge la
gran pregunta que nos acompañará a lo largo de todo este libro: ¿qué ha traído Jesús realmente, si no ha
traído la paz al mundo, el bienestar para todos, un mundo mejor?
¿Qué ha traído?» Y él mismo responde: «Ha traído a Dios», para a
continuación describir a un dios del que dice «Sí, el
poder de Dios en este mundo es un poder silencioso, pero
constituye el poder verdadero, duradero.» [Cap.2,
págs.69 y 70]
Y no olvidamos que el Sr.Ratzinger ya nos había adelantado su
pensamiento con aquellas palabras que dijo el 28 de mayo de 2006,
durante su visita a lo que era antes el campo de ejecución nazi de
Auschwitz-Birkenau (4):
«En
un lugar como este se queda
uno sin palabras; en el fondo sólo se puede
guardar un silencio de estupor, un silencio que es un grito interior
dirigido a Dios: ¿Por qué, Señor,
callaste? ¿Por qué toleraste todo esto?»
«¿Dónde estaba
Dios en esos días? ¿Por qué permaneció callado? ¿Cómo pudo tolerar este
exceso de destrucción, este triunfo del mal?»
¿Que el rastro de la Presencia de Cristo no es "suficientemente
brillante"? ¡Qué osadía! ¿Que Dios es silencioso? ¡Qué blasfemia! ¿Qué
el "silencio" de Dios es un "misterio"? ¡Claro que lo es, para aquellos
que no tienen ojos para Ver! (5) Tal como
nos
dijo Jesús:
Les
dijo: «A vosotros ha sido dado conocer los misterios del reino de Dios;
en cuanto a los demás (se les habla) por parábolas para que, mirando,
no vean, y oyendo, no entiendan.» [Lucas 8:10]
Por aquel tiempo Jesús dio una
respuesta, diciendo: «Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la
tierra, porque encubres estas cosas a los sabios y a los prudentes, y
las revelas a los pequeños.» [Mateo 11:25]
Acercáronse los fariseos y saduceos y, para ponerlo a prueba, le
pidieron que les hiciese ver alguna señal del cielo. Más Él les
respondió y dijo:
«Una generación
mala y adúltera requiere una señal: no le será dada otra que la del
profeta Jonás.» [Mateo 16:1-4]
¿Y cuál es esa "señal del profeta Jonás"? La respuesta la da de nuevo
Jesús:
Pues
así como Jonás estuvo en el vientre del pez tres días y tres noches,
así también el Hijo del hombre estará en el seno de la tierra tres días
y tres noches. [Mateo 12:40]
Es decir, a quien pide algo más que el signo de la Resurrección, no le
será concedido ver más allá, porque en su osadía no concede suficiente
"brillo" a la Presencia y Resurrección del Hijo de Dios. Y aquél que,
sentado en lo más alto de la tierra, como más sabio entre los sabios,
afirma que "Cristo no ha dejado un rastro lo suficientemente brillante
de su presencia", se está
definiendo a sí mismo (4).
Dios ha
elevado Su Voz repetidas veces y de forma clamorosa
El mensaje que J.Ratzinger está lanzando, una y otra vez, no es sino un
reproche a Dios, un reto al Altísimo, el mismo reto con el que satanás
tentó a Cristo diciendo «Si Tú eres el Hijo de Dios, manda que estas
piedras se vuelvan panes.» Ante el sufrimiento de la Humanidad, en
escenarios como el de la Segunda Guerra Mundial y como la marginación
del Tercer Mundo, J.Ratzinger afirma
que Dios se calla, es decir, que no actúa. (Aunque lo presente en forma
de pregunta, inmediatamente lo da por cierto, al sentenciar "esto es un
misterio" o "Dios es silencioso").
La respuesta a este supuesto "misterio" es tan sencilla y tan clara que
puede ser expresada en sólo unos pocos párrafos (lo cual deja sin
justificación que J.Ratzinger no lo explique de forma urgente e
inmediata). A continuación lo explicamos para nuestros lectores.
En verdad, Él es Todopoderoso y en un solo chasquear de dedos podría
transformar el mundo (en la
manera en que Le tentamos que lo haga), pero lo que no cuenta
Ratzinger es que: (1) Dios ha elegido nuestra
colaboración (6) ; (2) Ha
elegido respetar, como parte intocable de su Plan de Salvación, nuestro
libre albedrío; y (3) Ante el estrepitoso
fracaso del hombre en su colaboración con el Plan Divino, Dios ha
intervenido repetidas veces, elevando Su Voz de forma clamorosa –
¡incluso enviando a Su Propio Hijo! ¿¡Y aún Le pide alguien que hable
más alto!?
El proceso es siempre el mismo. Dios dio libertad al hombre desde el
mismo momento de su creación – "hecho a Su imagen y semejanza". Esa
libertad conlleva una responsabilidad: colaborar con Dios. El hombre
fracasa en esta responsabilidad. Dios, en Su Misericordia, interviene
para darle otra oportunidad. Cuando, una vez tras otra, el hombre se
vuelve irresponsable y ciego, Dios lo respeta en su voluntad de actuar
solo. El resultado es que el hombre, por su propia osadía, aumenta su
propio sufrimiento. Dios lo permite mientras su criatura se aparte de
Él, y aun así no deja de darle oportunidades para minimizar ese
sufrimiento:
(a)
Dios le ofrece al hombre vivir en el Paraíso Terrenal. El hombre
rechaza esta oportunidad, queriendo ser como Dios.
(b) Dios, en Su Misericordia,
envia a Su Hijo. El hombre rechaza esta oportunidad, apaleándolo y
cruzificándolo.
(c) Dios, en Su Misericordia,
instituye Su Iglesia. El hombre rechaza esta oportunidad, sometiendo la
Iglesia al poder temporal, y valiéndose de ella para sus beneficios
personales (7).
(d) Dios, en Su Misericordia,
envía a María, la Madre de Su Hijo (8). El
hombre rechaza esta oportunidad, convirtiéndola en un objeto de mercado
(9).
(e) Y así tantas y tantas
oportunidades... Como cuando la Humanidad fue advertida, a través de
María en Fátima (10), del peligro de una Segunda
Guerra Mundial y de qué debía hacerse para evitarla. El hombre, de
nuevo, rechaza esta oportunidad, siendo esta vez los máximos
responsables los administradores de la Iglesia.
Su Plan Divino para la Humanidad se cumplirá en la tierra, colaboremos
o no, pero al mismo tiempo somos nosotros (el género humano) quienes,
según nuestro grado de colaboración, decidimos el grado de sufrimiento
que nos acarreará el cumplimiento de Su Plan. Él desea el mínimo
sufrimiento para nosotros, es decir, nuestra máxima colaboración. Así,
al pedir "hagase Tu Voluntad en la tierra" le pedimos ayuda en nuestra
misión y nos abrimos a Su participación en aquellas cosas en las que Él ha elegido depender de nuestro
consentimiento.
¿El sufrimiento en manos de nuestros semejantes? (11)
¿El sufrimiento bajo desastres naturales? (12)
Todo tiene un sentido y responde al Plan de Dios (6),
en el cual Dios no causa el sufrimiento, sino que sólo lo permite. Es
como si el hombre construyera una gigantesca pantalla en el cielo para
bloquear la luz del Sol (13), dador de vida. Al
final, la ausencia de luz no lleva sino al sufrimiento. Y no deja de
ser una osadía acusar a Dios de no poner espejos para hacernos llegar
la luz esquivando nuestra gran pantalla.
NOTAS
(1) "Jesús de Nazaret" de Joseph Ratzinger
/ Benedicto XVI, Editorial "La esfera de los libros". Primera
edición - septiembre 2007. ISBN 978-84-9734-636-8.
(2) El
verdadero ministerio petrino
(3) En la cubierta figura en letras grandes y
rojas "Benedicto XVI", y en letras de menor tamaño y negras
"Joseph Ratzinger"; según eso el autor sería "Benedicto
XVI" ejerciendo toda su potestad, pero del contenido del prólogo
se desprende que el autor es "Joseph Ratzinger". Va vestido de Papa
pero lo que despliega son sus ideas y sus intereses personales, es
decir, "parece ser" pero
"no es"
(4) ¿Quién,
desde un puesto de "santidad", se atreve a elevar su voz con palabras
de reproche al Dios Vivo y Verdadero? (Parte 2)
(5) ¿Quién
tiene ojos para ver y oídos para oír? (Parte
2)
(6) El
sufrimiento sólo tiene dos propósitos; ambos son
constructivos - La Humanidad tiene la oportunidad de parcitipar en su
propia redención
(7) Véase, por ejemplo, la
donación
de Constantino y la historia
del
Papado. ¿Qué
es lo que ha ido mal en la Iglesia Católica Romana? (Parte 3, Parte 4)
(8) Hemos
sido avisados por la Virgen María, ¿vamos a escucharla?
(9) La
respuesta de la Administración de la Iglesia a las llamadas de
María
(10) La llamada
de
María desde Fátima, las
respuestas del mundo a
su llamada, como
su llamada está siendo desacreditada e incluso
falsificada.
(11) Catástrofes
causadas por nuestros semejantes
(12) Desastres
aparentemente sin sentido
(13) La
negación y sus
graves consecuencias
In English: The silence of God alleged by Joseph
Ratzinger
Documento dedicado a la Virgen María
el 8 de septiembre de 2007, día en que se celebra su nacimiento.
© Copyright 2007 - 2022 por The M+G+R Foundation.
Todos los derechos reservados. Sin embargo, este documento puede ser
reproducido y distribuido libremente siempre que: (1) Se dé
crédito apropiado en cuanto a su fuente; (2) No se realice
ningún cambio en el texto sin consentimiento previo por escrito;
(y 3) No se cobre ningún precio por ello.
The M+G+R Foundation

Nota: Si la imagen de arriba no aparece sobre este
documento, significa que no está usted viendo el documento
original de nuestros servidores. Si tiene alguna duda sobre la
autenticidad del documento, le recomendamos que acceda a nuestro
servidor otra vez y pinche sobre el botón de "Refrescar" o
"Recargar" de su Navegador para ver el documento original.