Jesús
realizó prodigios extraordinarios fuera de toda explicación natural
pero...
Eso no lo convierte en un mago
Un documento invitado
PROPÓSITO
El objetivo de este documento es exponer las contradicciones de las
disparatadas teorías que retratan a Jesús como un poderoso mago, un
iniciado en artes de civilizaciones milenarias, un maestro de sabiduría
esotérica instruido por otros hombres.
INTRODUCCIÓN
Existen desde antiguo relatos muy creativos como los que afirman que
Jesús aprendió artes mágicas durante su infancia en Egipto (1)(2).
Incluso más, ahora hay quien llega a
representar un escenario en el que la Resurrección no sería sino una
supuesta fórmula ancestral conservada secretamente por sabios egipcios
y revelada por ellos a Jesús (3). Estos intentos
de falsificar la Fe de manera tan ridícula no son nuevos, y las
contradicciones que contienen son fácilmente demostrables (4).
Pero lamentablemente tienen mucho impacto en nuestra época, cuando cada
vez más gente prefiere conocer la Historia Sagrada a través de novelas
de ficción sobre Jesús y a través de artículos de "estudiosos" de lo
esotérico (5), todo ello sin ni siquiera leer la
Biblia.
La trampa es doble: por una parte, las personas que se sienten
inclinadas a creer en lo sobrenatural son preparadas para la entrada
del Falso Cristo (6) a modo de un nuevo "maestro
de sabiduría"; y por otra parte, a los creyentes que, para desmontar
las fábulas de "Jesús el mago", se apresuran a negar que exista la
magia, los pone en un aprieto porque la propia Biblia atestigua que la
magia es una realidad. En este documento veremos cómo todo tiene una
explicación armoniosa dentro de la propia Fe.
DETALLES
La imposibilidad histórica de la
instrucción mágica de Jesús en Egipto...
Hay otras historias "creativas" (7) que
presentan a Jesús como un "maestro iniciado en la magia", pero nos
centraremos en una —la fábula del Jesús-mago instruido en Egipto
durante su infancia— para ejemplificar cómo pueden ser expuestas las
contradicciones históricas. En cuanto a esta misma y otras fábulas,
inventadas y por inventar, exponemos más adelante la argumentación
teológica que las invalida.
Gracias al historiador judío Flavio Josefo, sabemos que Herodes murió
en el año 4 a.C. y, a pesar de las dudas de los historiadores sobre la
fecha exacta del nacimiento de Jesús, es un hecho comúnmente aceptado
que nació entre los años 7 a.C y 4 a.C. En definitiva, Herodes murió
cuando Jesús tenía poco más de dos años (8) y
leemos en la Biblia [Mateo
2:19-22] que un ángel informó a José sobre este tema y José
inmediatamente regresó a Galilea. ¿Cómo pudo un Jesús-niño de alrededor
dos años ser instruido en Egipto en altos conocimientos
ancestrales?
En el caso más desfavorable (por si acaso alguien duda de las
mencionadas fechas históricas), leemos claramente en el Evangelio de
San Lucas que a los doce años Jesús ya estaba de vuelta en la tierra de
Israel [Lucas 2:41-42].
¿Cómo puede asimilar la mente de un niño de menos de doce años los
misterios y la sabiduría ancestral de los magos egipcios? ¿En la edad
en que uno aprende a leer y a escribir?
Los mismos creadores y divulgadores de estos fantásticos relatos alegan
la complicidad de sus padres en este aprendizaje. Suponiendo por un
momento que dejaban a Jesús en una escuela egipcia de niños brujos al
estilo de Harry Potter (9) donde se le enseñaba
el truco especial de la Resurrección y otros conjuros, ¿por qué se
quedaban tan asombrados de que su Hijo fuera capaz de mantener una
conversación con los sabios del Templo de Jerusalén [Lucas 2:46-50]?
... y la imposibilidad Teológica
Hemos de reconocer que encontramos en Jesús los elementos de
sobrenaturalidad, fuerzas inexplicables por la razón humana, invocación
de ciertos actos o palabras, realización de ritos religiosos,
interacción con espíritus... Todo parece cuadrar con lo que llamamos
comúnmente "magia", ¿qué nos impide entonces clasificar a Jesús como
"mago"? La respuesta es que hay "algo" presente en Jesús que no
encontraremos en ningún mago, y ese algo, teniéndolo Él de su parte, en
vez de convertirlo en un mago más poderoso, lo convierte en un
sirviente. Esa "característica" no aparecerá en ninguna definición de
"magia" por más que la busquemos, ese "pequeño detalle" olvidado por
los que califican a Jesús de mago no es ni más ni menos que... Dios.
Naturalmente, la
invocación y presencia constante, infalible y
visiblemente manifiesta de Dios en todos los actos de Jesús lo
cambia
todo. Jesús nunca actuó por su propia cuenta sin contar con la
autoridad del Padre — "bajé del
cielo para hacer no mi voluntad, sino
la voluntad del que me envió" [Juan 6:38]. El Nuevo
Testamento, desde
el primer hasta el último versículo, expresa esto. ¿Cómo es posible
ignorarlo? Pues eso es precisamente lo que hacen quienes llaman mago a
Jesús: predican, sin decirlo expresamente, la ausencia de Dios.
La realidad de la magia no es un
problema para la Fe
Por dar una muestra, en el Nuevo Testamento leemos que a "un hombre
llamado Simón [...] le prestaban atención porque por mucho tiempo los
tenía asombrados con sus
artes mágicas" [Hechos 8:9-11] La
realidad de la magia, la adivinación, etc. es un hecho atestiguado por
la propia Biblia (tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento) y su
existencia no es un problema para la Fe. Simplemente es que el manejo
de lo sobrenatural debe ir de la mano de Dios, es decir, solamente
guiados por Él y con pleno sometimiento a Su Voluntad. Prescindir de Él
—adentrarse en "lo Oculto" y "lo Paranormal"— es negar Su Soberanía y
quien lo hace se busca la ruina (entre otras cosas, en lugar de la
Verdad encontrará un mundo de apariencias —donde lo que parece ser no
es— controlado por espíritus de la mentira). Para profundizar sobre el
tema recomendamos la lectura los documentos relacionados de este
dominio (10) (11) (12).
Hay un pasaje del Antiguo Testamento que sintetiza perfectamente
la
cuestión. Leemos en el Éxodo [Ex.
7:8-13] que, estando Moisés y Aarón ante el Faraón,
"Aarón echó su vara delante del
Faraón y delante de sus servidores, la
cual se convirtió en serpiente". Sabemos que Aarón y Moisés no
actuaron
por su propia autoridad, sino que "hicieron
según la orden de Yahvé".
Los magos egipcios "hicieron
con sus encantamientos las mismas cosas",
pero naturalmente la Autoridad de Dios prevaleció y "la vara de Aarón
se tragó las varas de ellos". Más adelante, en el Nuevo
Testamento,
Jesús afirma "No vayáis a pensar que
he venido a abolir la Ley y
Los
Profetas. Yo no he venido para abolir, sino para dar
cumplimiento" [Mateo
5:17]. Si,
tal como afirman algunos, Jesús era un "iniciado" heredero de la
sabiduría de los magos egipcios como aquellos magos a las órdenes del
Faraón, ¿cómo es que dice que va a continuar en —y culminar— la misma
línea que Moisés y Aarón, que actuaban "a la orden de Yahvé"? ¿A quién
obedece Jesús, a Yahvé o al Faraón? A Yahvé, naturalmente. Lo contrario
es llamarlo mentiroso.
Parte
1 (este documento): Los milagros de Jesús
no lo convierten en un mago
NOTAS Y
DOCUMENTOS RELACIONADOS
(1) Por ejemplo, en el siglo II un autor llamado
Celso se burlaba de Jesús en su obra "El discurso verdadero"
diciendo que Jesús habría sido hijo de una judía
amancebada con un soldado romano, y que habría practicado la
magia que aprendió en Egipto.
(2) Como otra muestra de lo que puede llegar a
alcanzar la inventiva humana, en el "evangelio
apócrifo de la infancia de pseudo Tomás" —compuesto
muy probablemente en el siglo II— cuentan que el niño
Jesús, lleno de ira, mató a otro niño mediante una
maldición — ¿el motivo? porque ese niño
había dispersado con una ramita las aguas que Jesús
había reunido.
(3) En su tesis escrita en forma de novela, "El
secreto egipcio de Napoleón", el autor Javier Sierra afirma
que "Jesús descubrió el secreto de la resurrección
en Egipto" (literalmente lo expresa con esa frase en el Cap. 27). ISBN
978-84-9793-849-5, editorial DeBolsillo, febrero 2008.
(4) Un requisito para percibir la coherencia de
la Biblia es leerla de manera equilibrada y no fanática, es
decir, sin
pretender interpretarla absolutamente al pie de la letra y sin
reducirla absolutamente a simbolismos (Parte I) (y Parte II).
Fuera de las Sagradas Escrituras, todos los relatos fantásticos
que van en su contra caen derrotados por el principio
de la coherencia.
(5) Por ejemplo, "El
código Da Vinci"
y "El evangelio de
Judas" (Parte I) (y Parte II)
(6) Sobre
el Falso Cristo, quien pretende hacerse pasar por el Verdadero
Cristo mediante
una engañosa escenificación de Su Segunda Venida. No
confundir con el
Anticristo, quien se opone a Cristo y prepara la venida del Falso
Cristo.
(7) Como la que afirma
que Jesús partió a la India a los doce o trece
años para aprender conocimientos yoguis de un príncipe
hindú.
(8) Es el margen que nos queda cuando recordamos
que Herodes, "según el tiempo que había averiguado de los
magos", mandó matar a los niños "de la edad de dos
años para abajo" [Mateo 2:16]
(9) En nuestra época, cuando la magia se
introduce como un producto apetitoso para los niños, el problema no es Harry
Potter, el problema es la falta de una adecuada formación
espiritual (Parte I) (y Parte
II) (en Inglés)
(10) El
mundo espiritual - Cómo influye en nuestro comportamiento
(11) Adivinaciones
y curas - y Dios, ¿qué?
(12) Milagros,
¿Mito o Realidad? - ¿Cuál es la verdad?
In English: The
miracles performed by Jesus do not make Him a magician
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