INTRODUCCIÓN

Un día, el Arcángel Miguel se apareció a la devota Sierva de Dios Antonia d'Astonaco.  El Arcángel le dijo a la Religiosa que él desea ser honrado, y Dios Glorificado, mediante la recitación de nueve invocaciones. Éstas nueve invocaciones corresponden a los nueve Coros de los Ángeles. La Corona consiste en un Padrenuestro y tres veces Ave-Marías después de cada invocación en honor de cada Coro Angélico.

Promesas De San Miguel: A los que practican ésta devoción en su honor, el Arcángel promete grandes bendiciones. Promete enviar un Ángel de cada Coro Angelical, para acompañar a los devotos a la hora de la Santa Comunión. Además, a los que recitaren éstas nueve Salutaciones todos los días, les asegura que disfrutarán de su asistencia continua. Es decir, durante esta vida y también después de la muerte. Aún más, serán acompañados de todos los Ángeles; y con todos sus seres queridos, parientes y familiares serán librados del Purgatorio.

Podrá encontrar las oraciones de la Corona Angélica a San Miguel Arcángel después de la siguiente sección.


LOS COROS ANGÉLICOS Y SAN MIGUEL ARGÁNGEL

Antes de que Dios crease a los hombres, creó a los Ángeles, que son espíritus puros, es decir, no compuestos de materia, aunque, por Voluntad Divina, a veces pueden presentarse a los hombres bajo formas corpóreas.

El Señor Todopoderoso ha dado a los Ángeles una inteligencia extraordinaria y una fuerza admirable, muy superiores a las de los hombres; los ha hecho felices y los ha elevado por encima de su naturaleza, haciéndolos partícipes de la vida junto a Dios e hijos Suyos. Pero no les dio la posesión de la visión eterna de la Divinidad sin haberlos puesto a prueba antes.

Seres libres, conociendo a Dios y sostenidos por Su gracia, pudieron triunfar de la prueba a que fueron sometidos. El número de los Ángeles es incalculable – miles de millones.

Hay nueve coros o categorías de Ángeles. Lucifer, que era el más hermoso de ellos, se rebeló con orgullo contra el Señor, y se llevó tras él en esta revuelta a la tercera parte de sus compañeros. Miguel, aunque inferior en rango a Lucifer, advirtió a sus hermanos que permanecieran fieles al Señor. Por su fidelidad, fue puesto por Dios a la cabeza de los Ángeles, mientras que Lucifer fue arrojado al Infierno con los que le seguían. Los Ángeles fieles fueron entonces confirmados en gracia.

Invoquemos a San Miguel en la lucha contra el demonio y especialmente para obtener la virtud de la humildad.

El Apocalipsis dice que al final de los tiempos aparecerá San Miguel, que con sus ángeles vencerá al diablo y lo enterrará para siempre en el infierno. Los ángeles son nuestros hermanos y nos aman como aman a Dios, porque somos miembros de Jesucristo; nos ven integrados en Él. La Iglesia Católico-Romana ha declarado que San Miguel es patrono de la Iglesia y también el patrono de los moribundos y de los moribundos; es él quien introduce en la presencia de Dios las almas de los que dejan este mundo. ¡Oh! ¡Cómo defenderá de modo especial la causa de los que se han encomendado a él en vida, dándole especial devoción y difundiendo su devoción!

El ejemplo de la enseñanza de los Pontífices Católico-Romanos

Para los devotos de la Fe Católica Romana, pero también para otros cristianos, les aconsejamos escuchar la posición exaltada de San Miguel que reconocieron los Pontífices Romanos, cuando todavía el Vaticano no había caído en manos del Anticristo. No es necesario ser católico para percibir la importancia del Arcángel San Miguel en el Fin de Estos Tiempos.

La época en que vivimos se caracteriza, en palabras de los últimos Pontífices, comenzando por León XIII, como la época de la apostasía, en la que Lucifer y sus secuaces se lanzan contra la Iglesia con toda su furia, tratando de sustituir la verdadera fe por el materialismo, la corrupción, el espiritismo, la magia negra – en una palabra, por el culto a Satanás y a sus principios. Sabiendo esto, por revelación que le fue hecha, el mismo Papa León XIII ordenó que, al final de todas las misas, se rezase a San Miguel, para que con sus ejércitos celestiales protegiese a la Santa Iglesia y salvase a sus hijos de la perdición. Esta oración era obligatoria hasta la nueva reforma litúrgica [del Vaticano II], pero nada nos impide rezarla en privado.

Es importante reavivar nuestra fe en San Miguel. Que no haya casa que no tenga su imagen, al menos una estampa suya. Antes de la nueva reforma litúrgica había dos fiestas de San Miguel para la Iglesia universal: una el 8 de mayo, cuando se celebra su aparición en el monte Gargano, en Italia, y otra el 29 de septiembre. Ahora sólo tenemos esta última, junto con San Gabriel y San Rafael.

Si la autoridad de los Sumos Pontífices ha hecho de San Miguel el Patrón de la Iglesia Universal, sería insensato que algunos no quisieran aprovechar la amplia ayuda que este Arcángel Príncipe, coronado por Dios como Jefe Supremo de la Milicia Angélica, quiere prestar a todos en la lucha contra el demonio. San Miguel dijo a una monja: “Di a todos lo mucho que puedo [hacer] junto al Altísimo; diles que me pidan lo que quieran, pues mi poder es grande ante Dios.”





Se empieza la Corona rezando en la Medalla, la siguiente Invocación:


Siguiendo los números desde 1-9 se reza: Un Padre Nuestro y tres Ave Marías, después de cada Salutación, así:


Ahora se reza un Padrenuestro en honor de cada uno de los siguientes ángeles, como se indica:


La Corona de San Miguel se termina con las siguientes Oraciones:



(Con Aprobación Eclesiástica)









In English:  The Chaplet of St. Michael the Archangel

Em Português:  Terço a São Miguel ou Coroa Angélica

Publicado el 23 de Septiembre de 2005. Concepción de Juan el Bautista