Los
Padres y Doctores de la Fe Católica en perspectiva histórica
No son necesariamente modelos a seguir
Es de Jesucristo y de María de quienes
tenemos que aprender
PROPÓSITO
El propósito de este breve documento es desdivinizar aún más a ciertos
hombres que, como los Sucesores de Pedro, han sido utilizados para
destronar a Dios y a Su Sagrada Palabra, convirtiéndolos en referentes
a los que se acude para validar un punto de vista y/o dar por zanjada
una polémica.
ADVERTENCIA
PRELIMINAR
Al leer este documento, tenga muy presente
nuestra posición respecto a la Fe Católica:
La Fe
Católica [Romana y Ortodoxa] es la que tiene la mayor concentración de
Verdades Divinamente Reveladas. De ningún modo las tiene todas puesto
que Dios es la única Plenitud de Verdad, pero ninguna otra Fe tiene
tantas Verdades en su Tesoro Espiritual como la Católica. Ya sea la
realidad de los Siete Sacramentos; ya sea la práctica de las
Indulgencias; ya sea la realidad del Purgatorio; ya sea la verdad sobre
la Inmaculada Concepción y Asunción de María, la Madre de Jesucristo,
Verdadero Dios y Verdadero Hombre; ya sea la Cátedra del Sucesor de
Pedro; etc. (1)
INTRODUCCIÓN
Muchos fieles católicos (tanto de rito oriental como occidental)
profesan una gran veneración por quienes la Iglesia ha denominado "Doctores de la Iglesia" o "Padres de la Iglesia". Sus obras
se citan a menudo para validar puntos de vista o zanjar polémicas, como
si los Padres y Doctores fueran los autores de las mismísimas
Escrituras. Sin embargo, en algunas ocasiones, las palabras y los actos
de algunos de estos líderes católicos han violado la Ley Divina de
un modo directo y grave. Y es que estos hombres de ninguna manera
fueron infalibles ni impecables, ni tampoco ejemplos a seguir.
DETALLES
He aquí algunos hechos poco recordados, pero fácilmente verificables,
sobre el obrar de algunos de estos clérigos claramente falibles.
La época de los
Padres de la Iglesia
En el Imperio Romano "Cristiano", entre finales del s. IV y principios
del V, la Iglesia pasó de ser perseguida a ser perseguidora. Paul
Johnson, un historiador de la Iglesia, dijo que “El Bajo Imperio era un
estado totalitario, en cierto modo equiparable a un despotismo
oriental. (…) El Estado recurría a la tortura a su propia discreción,
aún siendo ésta legalmente aplicable sólo en casos graves como el de
traición.” (2)
Papa Dámaso I
El Papa Dámaso I (305-384; "Santo", "Padre de la Iglesia" y Papa
366-384):
Este supuesto defensor de la fe dio comienzo a su reinado en medio de
revueltas y matanzas. Como resume el sangriento caso la obra "Vidas de
los Papas" de Richard McBrien:
“…
una facción que había sido siempre leal a Liberio [el Papa anterior] se
reunió de inmediato en la Basílica Juliana de Santa María en
Trastévere, eligió al diácono Ursicino y lo hizo consagrar obispo de
Roma... Otra facción, más numerosa, leal a Félix [un antipapa que se
había opuesto a Liberio, y que era el antiguo empleador de Dámaso] se
reunió en la iglesia de San Lorenzo en Lucina y eligió al diácono
Dámaso, que contrató a una banda de
matones para que asaltaran la
basílica juliana, derrotando a los partidarios de Ursicino en una
masacre que duró tres días. Dámaso fue consagrado por el obispo
de
Ostia en la Basílica de Letrán el 1 de octubre, después de que sus
partidarios hubieran tomado la iglesia. Sin embargo, tras su
consagración, continuaron los sangrientos combates en las calles de
Roma. (...)
Pero la violencia continuó, y Dámaso
envió a sus propias fuerzas a atacar a los partidarios de Ursicino, que
se habían refugiado en la Basílica Liberiana (actual Santa María la
Mayor). Según un historiador contemporáneo, la batalla [que tuvo lugar
el 27 de octubre de 366] arrojó
un saldo de 137 muertos. (...) Aunque
Dámaso había arruinado su reputación como clérigo, gozaba de un amplia
acogida en la corte y entre la aristocracia, especialmente entre las
mujeres adineradas. En Roma entre chismes se le apodaba "el adulador de
matronas". Su lujoso estilo
de vida y su fastuosa hospitalidad le
hicieron ganarse el favor de las familias paganas de clase alta.
Al
mismo tiempo, fue implacable en su oposición a las herejías y a otros
movimientos disidentes dentro de la Iglesia. (...)
Dámaso fue de hecho incansable en su
promoción de la primacía de Roma, refiriéndose a ella frecuentemente
como "la Sede Apostólica", e insistiendo en que la prueba de la
ortodoxia de un credo es la aprobación papal.” (3)
Otro historiador del papado describió a Dámaso como "un implacable hombre de poder" que
"no dudó en movilizar tanto a la
policía de la ciudad como a la turba cristiana para respaldar su
dominio". (4)
Un historiador pagano, Amiano Marcelino, comentaba así el celo con que
los clérigos aspiraban al papado:
“No
niego que los hombres que codician este cargo para satisfacer sus
ambiciones puedan luchar por él con todos los medios a su alcance.
Porque, una vez lo han obtenido, quedan asegurados, enriquecidos con
las ofrendas de las damas, paseando sentados en sus carruajes,
espléndidamente ataviados, celebrando banquetes tan fastuosos que
superan a las mesas de la realeza.” (5)
Agustín
Agustín (354-430; "Santo", "Padre de la Iglesia" y "Doctor de la
Iglesia"):
El Bajo Imperio Romano recurrió a la violencia contra los herejes
donatistas, y San Agustín:
“....se
convirtió en el teórico de
la persecución; y sería en su discurso en el
que más adelante se apoyaría toda la apología de la Inquisición. (...)
Insistió en que el uso de la
fuerza en favor de la unidad cristiana y,
por tanto, de la conformidad religiosa total, era necesaria, eficaz y
completamente justificada.” (6)
Además de establecer la teología de la Inquisición, Agustín concibió
también la teología de la "guerra justa", lo que llevó a castigar a los
objetores de conciencia pacifistas, y condujo a “la anomalía de dos
estados cristianos librando una guerra "justa" el uno contra el otro”.
(7)
Cirilo de
Alejandría
Cirilo de Alejandría (370-444; "Santo", "Padre de la Iglesia" y "Doctor
de
la Iglesia") fue el Patriarca de Alejandría entre 412 y 444. (8) Durante
su mandato sobre la Iglesia local, tuvieron lugar unos hechos
abominables, cuyos autores quedaron impunes.
En el año 414 se produjo el primer pogromo (*) dirigido por cristianos,
que
acabó con la comunidad judía de Alejandría por algún tiempo. (9) En
415, una turba incitada por los monjes torturó y asesinó a la filósofa
neoplatónica Hipatia, culpándola de la disputa entre Cirilo y el
gobernador local. (10)
El asesinato fue perpetrado en el Cesáreo,
antigua sede pagana que había sido convertida en edificio eclesiástico.
(11) Y es que,
en
tiempos de Cirilo, el fanatismo (disfrazado de defensa
de la fe) crecía descontrolado.
(*)
Pogromo: Masacre, aceptada o promovida por el poder, de judíos y, por
extensión, de otros grupos étnicos.
Bernardo de
Claraval
Bernardo de Claraval (1090-1153; "Santo" y "Doctor de la Iglesia")
predicó
la Segunda Cruzada, a petición del Papa. (12) También fue capellán de
los Caballeros Templarios, y les escribió el siguiente elogio de la
"guerra santa":
“Pero
los soldados de Cristo
combaten confiados en las batallas del Señor, sin temor a pecar cuando
vencen al enemigo ni por poner en peligro la propia vida, porque la
muerte que se da o recibe por amor de Cristo, lejos de ser criminal, es
digna de mucha gloria. (...)
Así, el soldado de Cristo mata
seguro a su enemigo y muere con mayor firmeza. Se sucumbe, sale
ganador; y si vence, gana Cristo, porque no lleva sinrazón la espada,
pues es ministro de Dios para ejecutar la venganza sobre los malos y
defender la virtud de los buenos. Por otra parte, cuando mata a un
malhechor no debe ser conceptuado por homicida, sino, por decirlo de
alguna manera, por malicida, por el justo vengador de Cristo en la
persona de los pecadores y defensor de los cristianos. Y cuando
él mismo pierde la vida, alcanza su meta. La muerte que él causa es un
beneficio para Cristo y la que recibe de él es su dicha verdadera.
Un cristiano se honra en la muerte de un pagano porque Cristo es
glorificado en ella y la libertad del Rey de reyes se pone de
manifiesto en la muerte de un soldado cristiano pues llama al soldado
para ofrecerle su recompensa. (...)
Es cierto que no se debería
exterminar a los paganos si hubiese algún otro medio de impedir sus
ofensivas y reprimir las opresiones violentas que ejercen contra los
fieles. Pero, por lo de
ahora, es mejor matarlos para que el latigazo de los pecadores no se
abata sobre el destino de los justos, y para que los justos no
extiendan su mano a la iniquidad.” (13)
Así suena la teología de la yihad
"cristiana", que, con pequeños
cambios, podría haber sido escrita por Osama bin Laden o por los
dirigentes del actual ISIL.
CONCLUSIÓN
Es posible aprender algo del estudio de las obras de los Padres y
Doctores de la Iglesia. Sin embargo, como demuestran los casos citados,
hay que hacer uso de un gran
discernimiento al analizar las obras de estos hombres falibles
(y a veces brutalmente impíos).
La meditación de las Escrituras y la interacción directa con Dios a
través de la oración deberían tener siempre
prioridad sobre el estudio de los aclamados "Padres de la Iglesia".
Puesto que, en realidad, el
verdadero "Padre de la Iglesia" y el auténtico "Doctor de la Iglesia"
no es más que uno: Dios.
NOTAS
(1) La
posición de The M+G+R Foundation
respecto a la Fe Católica
(2) Paul Johnson, A History of Christianity,
Atheneum, 1976, p. 116.
(3) Richard McBrien, Lives of the Popes: The
Pontiffs from St. Peter to Benedict XVI, Harper San Francisco, 2006,
pp. 62-63, 64; see also J. N. D. Kelly, The Oxford Dictionary of the
Popes, Oxford University Press, 2006, pp. 32-34. Traducción de la cita
al Castellano por The M+G+R
Foundation
(4) Eamon Duffy, Saints & Sinners: A History of
the Popes, Yale University Press, 2006, p. 38.
(5) Duffy, Saints & Sinners, p. 38. Traducción de la cita al
Castellano por The M+G+R Foundation
(6) Johnson, A History of Christianity, p. 116. Traducción de la
cita al Castellano por The M+G+R
Foundation
(7) Johnson, A History of Christianity, p. 242.
(8) Wikipedia, "Cyril of Alexandria",
http://en.wikipedia.org/wiki/Cyril_of_Alexandria
(9) James Carroll, Constantine's Sword: The Church
and the Jews, Houghton Mifflin, 2001, pp, 176, 213.
(10) Diarmaid MacCullough, Christianity: The First
Three Thousand Years, Viking, 2009, pp. 220-221.
(11) Wikipedia, "Hypatia", http://en.wikipedia.org/wiki/Hypatia
(12) Wikipedia,"Bernard of Clairvaux",
http://en.wikipedia.org/wiki/Bernard_of_Clairvaux
(13) Bernardo de Claraval, "De
Laude Novae Militiae ad Milites Templi (en Español)" ("Libro a los
caballeros templarios - Elogio de la nueva milicia"), Sección "III. La
nueva milicia"
In English: The Fathers and Doctors of
the Church are not necessarily role models
Publicado el 20 de Septiembre de 2011
Traducido al Castellano el 21 de Marzo de 2022
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