La
vuelta a la "Cristiandad": La alianza entre Iglesia y Estado
Una falsa esperanza para los fieles
por Lee Penn
Muchos conservadores cristianos están enormemente molestos por el
decaimiento de la moral que ha empeorado durante el último siglo, y
miran hacia atrás con nostalgia a la Cristiandad Tradicional ("Cristiandad"): una alianza entre
Estado e Iglesia en la cual los poderes espiritual y temporal trabajan
juntos para establecer y difundir la Fe. A menudo, los tradicionalistas
miran hacia un futuro re-establecimiento de un "Orden Cristiano" de ese
tipo como la mejor esperanza de la Humanidad; se consuelan a sí mismos
en el caos presente con la expectación de un "Gran Rey" y un "Santo
Pontífice" que enderezará al mundo después de que Dios castigue a sus
enemigos liberales, ateos, seculares y decadentes. (1)
Estas esperanzas de una nueva "Cristiandad"
están terriblemente desencaminadas. La fuerza y el poder temporal no
son la manera de difundir la Fe y de traer al pueblo el amor de Cristo
(así lo mostró repetidamente el mismo Jesús de palabra y mediante el
ejemplo)
La "Cristiandad" lo ha estado
intentando antes, y nunca ha funcionado bien por mucho tiempo.
Consideremos estos precedentes:
1. Constantino y sus sucesores
"cristianizaron" al Imperio Romano desde el año 312.
Los bárbaros saquearon Roma menos de
100 años después, y el Imperio Occidental finalizó en el año 476.
Un historiador contemporáneo de la caída de Roma dice: "Sin que esto
nos sorprenda, las derrotas y los desastres de la primera mitad del
siglo quinto conmocionaron al mundo Romano. La reacción puede
caracterizarse casi completamente por la perpleja respuesta de
escritores cristianos a algunas preguntas directas e incómodas. ¿Por
qué Dios, tan pronto después de la supresión de cultos paganos públicos
(en 391) desató el azote de los bárbaros sobre un imperio cristiano, y
por qué los horrores de la invasión afligieron a los justos tan
severamente como a los injustos?"
El historiador Bryan Ward-Perkins hace notar que hubo a gran escala
"respuesta literaria a estas difíciles cuestiones", y comentaba sobre
la "ingenua naturaleza de algunas de las respuestas que se producían". (1A)
Durante el fin de los años 300 y comienzo de los 400, la Iglesia pasó
de ser perseguida a ser perseguidora. "Al final el imperio era un
estado totalitario, en algunos sentidos un despotismo oriental". (2)
El Imperio usó la violencia contra los herejes donatistas, y San
Agustín "se convirtió en el teórico de la persecución; y sus defensas
fueron más tarde las defensas sobre las que la Inquisición descansó.
... Insistió en que el uso de la fuerza en la persecución de la unidad
cristiana y en pro de la conformidad religiosa total era necesaria,
eficaz y totalmente justificada". (3)
2. Bizancio sobrevivió a la calamidad
del Oeste, y se expandió bajo el Emperador Justiniano.
Sin embargo, Bizancio sufrió grandes
plagas a mediados de los 500, y el surgimiento del imperio del Islam en
los años 600 y 700. Si el Imperio Cristiano hubiera satisfecho las
necesidades físicas y espirituales de la gente, ¿habrían caído el Medio
Este, Norte de África y España bajo las armas musulmanas en los 100
años posteriores a la muerte de Mahoma? [ Un comentador americano
conservador ilustraba el problema hace unas décadas; decía que Bizancio
"era saludable, y para algunos agradable, pero era cruel. La opresión
de una clase por otra parece haber sido amarga y continua, y sus penas
legales están entre las más bárbaras e inhumanas conocidas en la
historia". (4) ]
3. Los que ven con romanticismo la
Edad Media y la Cristiandad
Occidental tradicional dicen que la civilización cristiana alcanzó su
máximo en los años 1200.
En 1907, el apologista católico James
Walsh saludaba al siglo 13 como "el más grande de los siglos".
(5)
Fue la era de los santos y las catedrales, pero también fue la era de
las Cruzadas (incluyendo el saqueo de Constantinopla en 1204, que hizo
permanente el cisma Oriente/Occidente, y que debilitó fatalmente al
Imperio Oriental, garantizando su caída en 1453), fue la era de la
Inquisición (fundada en 1231 por el Papa Gregorio IX, y gestionada por
los Dominicos y los Franciscanos, la era de los "nuevos movimientos
eclesiásticos" del momento), y del Imperio Papal
Las alegaciones del papado alcanzaron su apogeo en 1302, cuando
Bonifacio VIII dijo en su bula
Unam
Sanctam que la Iglesia ha de empuñar
"...una espada espiritual y material.
Pero la segunda, en efecto, debe ser ejercida para la Iglesia, y la
primera por la Iglesia. La primera (mediante la mano) del sacerdote, la
segunda por mano de reyes y soldados, pero a voluntad y padecimiento
del sacerdote. Porque es necesario que una espada esté bajo la otra y
que la autoridad temporal esté sujeta al poder espiritual". ... Es
necesario que confesemos lo más claramente posible que el poder
espiritual precede a cualquier poder terrenal en dignidad y nobleza,
pues los asuntos espirituales por sí mismos sobrepasan en excelencia a
los temporales. ... Y aun más, declaramos, decimos, definimos y
proclamamos a toda criatura humana que ellos por necesidad de salvación
están enteramente sujetos al Pontífice Romano." (6)
Todo este poder eclesiástico no evitó la Peste Negra de 1348-1350 (una
plaga que mató a cerca de 1/3 de Europa y preparó el camino para la
ruptura del orden medieval), ni evitó el Gran Cisma de 1378-1417 (en el
que hubo múltiples "papas" en la Iglesia Occidental), ni el brutal
saqueo de Roma y del Papado por el emperador del Sacro Imperio Romano
Gérmanico, Carlos V, ni el surgimiento de Wycliffe y Hus, antecesores
espirituales de la Reforma Protestante.
4. Los europeos imperialistas han
colonizado el globo en 1900, y
estuvieron "cristianizando" a los nativos de África y Asia - un
plan
que la Primera Guerra Mundial empezó a desatar, y que la Segunda Guerra
Mundial y sus secuelas finalizó. La "Europa Cristiana" se masacró a sí
misma en las trincheras de la Primera Guerra Mundial, que llevó al
poeta Thomas Hardy a lamentarse en 1924,
"Después
de dos mil años de misa
Llegamos al gas letal a toda prisa."
(7)
EN
CONCLUSIÓN
El Imperio Romano de Constantino, Bizancio, la Cristiandad medieval, y
el Cristianismo imperial de la era pre-1914 acabaron todos en final
sangriento.
Si estas aventuras hubieran sido tan agradables a Dios como sus líderes
decían, Dios habría hecho prosperar a estos imperios "cristianos" y los
habría protegido. En vez de ello, permitió que cayeran en la ruina,
normalmente en un siglo o menos...
Otros pueden hacer una lectura diferente de estos precedentes: Ven en
ellos una historia de preservación milagrosa de la Iglesia entre
padecimientos, soportando los ataques implacables de satanás contra el
orden cristiano. Este punto de vista, sin embargo, asume que satanás es
suficientemente poderoso como para ejercer su voluntad en total libertad, y que Dios no
bendice ni salva a Su gente de ninguna manera que sea discernible en la
historia.
Creo, por el contrario, lo que Isaías enseñó:
"He aquí que la mano de Yahvé no es tan
corta para que no pueda salvar ni tan sordo su oído para que no pueda
oír; sino que vuestras iniquidades os han separado de vuestro Dios y
vuestros pecados han hecho que Él oculte de vosotros su rostro para no
oíros. Porque vuestras manos están manchadas de sangre, y de iniquidad
vuestros dedos; vuestros labios profieren mentira y vuestras lenguas
dicen maldades. No hay quien clame por la justicia, ni juzgue con
verdad. Confían en vanidad y hablan perversidad; conciben maldad y dan
a luz iniquidad. Empollan huevos de áspid y tejen telas de araña; el
que come de sus huevos muere, y si un huevo se rompe, sale un
basilisco. Sus tejidos no sirven para vestidos, no pueden vestirse con
lo que tejen, pues sus obras son obras de maldad, y en sus manos llevan
violencia. Sus pies corren tras el mal y se apresuran a derramar sangre
inocente; sus pensamientos son pensamientos de iniquidad, desolación y
ruina hay a lo largo de sus senderos. No conocen la senda de la paz ni
hay justicia en sus caminos, tuercen sus sendas; quien anda por ellos
no conoce la paz." [Is. 59:1-8]
Me aventuraré con esta predicción: Si
llega a establece una "Cristiandad" global (tal como algunos cristianos
conservadores y tradicionalistas esperan), Dios la llevará a la ruina,
y será grande su caída.
Cuanto más altas construimos los hombres nuestras torres de Babel, y
cuanto más confianza ponemos en ellas, más grande será la calamidad
subsiguiente para los que hacen de Babilonia su residencia y confían en
su poder.
NOTAS
(1) Por ejemplo, ver Yves Dupont, Catholic
Prophecy: The Coming Chastisement, TAN Books, 1970, p. 90.
(1A) Bryan Ward-Perkins, The
Fall of Rome and the
End of Civilization, Oxford University Press, 2005, p. 28
(2) Paul Johnson, A History
of Christianity,
Atheneum, 1976, p. 116.
(3) Johnson, p. 116.
(4) Richard Weaver, "Forms and Social Cruelty,"
en Visions of Order: The Cultural
Crisis of Our Time, 1995,
Intercollegiate Studies Institute, p. 79.
(5) James J. Walsh, "The
Thirteenth: Greatest of
Centuries", Catholic Summer School Press,
1907, accesible directamente
en http://www.nd.edu/Departments/Maritain/etext/walsh.htm.
(6) Bonifacio VIII, Unam Sanctam, 1302, citado
según artículo 469 de Denzinger, The
Sources of Catholic
Dogma, Herder, 1957, p. 187.
(7) Thomas Hardy, "Christmas
1924".
In English: State and Church Alliance - False Hope
For The Faithful
Documento originalmente
publicado en Inglés el 29 de Septiembre de 2005 - Festividad de los
grandes arcángeles - Miguel, Gabriel y Rafael - Unión Europea.
Traducción al Castellano publicada el
17 de Julio de 2006 - Festividad de la Humildad de María Santísima
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