Biblia de Straubinger  (*)

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EL APOCALIPSIS DEL APÓSTOL SAN JUAN

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Versiones en Inglés:
King James  |  Douay-Rheims  |  World English Bible


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Straubinger — APOCALIPSIS

SECCIONES

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NOTA INTRODUCTORIA
PRÓLOGO (Cap. 1)
I. LAS SIETE CARTAS (Cap. 2 – Cap. 3)
II. LOS SIETE SELLOS (Cap. 4 – Vers. 8:5)
III. LAS SIETE TROMPETAS (Vers. 8:6 – Cap. 11)
IV. LA LUCHA CON EL DIABLO Y ANTICRISTO (Cap. 12 – Cap. 14)
V. LAS SIETE ÚLTIMAS PLAGAS – LAS SIETE COPAS (Cap. 15 – Vers. 19:10)
VI. CRISTO REY (Vers. 19:11 – Cap. 20)
VII. DIOS EN MEDIO DE SU PUEBLO (Cap. 21 – Vers. 22:17)
EPÍLOGO (Cap. 22:18 – Fin Cap. 22)



Straubinger — APOCALIPSIS

CAPÍTULOS

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PRÓLOGO
Capítulo 1.  Título y Bendición • Los Destinatarios • Vocación del Apóstol • Visión Preparatoria
LAS SIETE CARTAS
Capítulo 2.  Carta a la Iglesia de Éfeso • A la Iglesia de Esmirna • A la Iglesia de Pérgamo • La Iglesia de Tiatira
Capítulo 3.  A la Iglesia de Sardes • A la Iglesia de Filadelfia • A la Iglesia de Laodicea
LOS SIETE SELLOS
Capítulo 4.  El Trono de Dios
Capítulo 5.  El Libro de los Siete Sellos • Adoración del Cordero
Capítulo 6.  Los Cuatro Caballos • La Voz de los Mártires • El Día de la Ira de Dios
Capítulo 7.  Los Escogidos son Marcados • Los Redimidos adoran a Dios y al Cordero
LAS SIETE TROMPETAS
Capítulo 8.  El Séptimo Sello • Las Cuatro Primeras Trompetas
Capítulo 9.  La Quinta Trompeta • La Sexta Trompeta
Capítulo 10.  El Libro Profético • El Apóstol come el Libro
Capítulo 11.  Los Dos Testigos • La Séptima Trompeta
LA LUCHA CON EL DIABLO Y ANTICRISTO
Capítulo 12.  La Mujer y el Dragón • El Dragón Vencido por San Miguel • El Dragón continúa la Persecución de la Mujer
Capítulo 13.  La Bestia del Mar • La Bestia de la Tierra
Capítulo 14.  El Cordero y las Vírgenes • Tres Heraldos de los Juicios de Dios • Comienzo del Juicio
LAS SIETE ÚLTIMAS PLAGAS – LAS SIETE COPAS
Capítulo 15.  Himno de los Vencedores de la Bestia • Entrega de las Copas
Capítulo 16.  Las Seis Primeras Copas • Las Ranas • La Séptima Copa
Capítulo 17.  La Gran Ramera • Explicación del Misterio de la Ramera
Capítulo 18.  Anuncio del Castigo de Babilonia • La Caída de Babilonia • Lamentaciones de los Aliados y Mercaderes • El Juicio Definitivo Sobre Babilonia
CRISTO REY
Capítulo 19.  Aleluya en el Cielo • El Triunfo de Cristo
Capítulo 20.  Satanás es atado por espacio de Mil Años • Satanás es soltado y derrotado definitivamente • El Juicio Final
DIOS EN MEDIO DE SU PUEBLO
Capítulo 21.  Cielo Nuevo y Nueva Tierra • La Nueva Jerusalén
EPÍLOGO
Capítulo 22.  El Río y el Árbol de la Vida • Confirmación de las Profecías de Este Libro • El Tiempo está Cerca


Straubinger — APOCALIPSIS

NOTA INTRODUCTORIA

Por Msr. Dr. Juan Straubinger

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Apocalipsis, esto es, Revelación de Jesucristo, se llama este misterioso Libro, porque en él domina la idea de la segunda Venida de Cristo (cf. 1:1,7; 1Pe 1:7,13). Es el último de toda la Biblia y su lectura es objeto de una bienaventuranza especial y de ahí la gran veneración en que lo tuvo la Iglesia (cf. 1:3 y nota), no menos que las tremendas conminaciones que él mismo fulmina contra quien se atreva a deformar la sagrada profecía agregando o quitando a sus propias palabras (cf. 22:18).

Su autor es Juan, siervo de Dios (1:2) y desterrado por causa del Evangelio a la isla de Patmos (1:9). No existe hoy duda alguna de que este Juan es el mismo que nos dejó también el Cuarto Evangelio y las tres Cartas que en el Canon llevan su nombre. “La antigua tradición cristiana (Papías, Justino, Ireneo, Teófilo, Cipriano, Tertuliano, Hipólito, Clemente Alejandrino, Orígenes, etc.) reconoce por autor del Apocalipsis al Apóstol San Juan” (Schuster-Holzammer).

Vigouroux, al refutar a la crítica racionalista, hace notar cómo este reconocimiento del Apocalipsis como obra del discípulo amado fue unánime hasta la mitad del siglo III, y sólo entonces “empezó a hacerse sospechoso” el divino Libro a causa de los escritos de su primer opositor Dionisio de Alejandría, que dedicó todo el capítulo 25 de su obra contra Nepos a sostener su opinión de que el Apocalipsis no era de S. Juan “alegando las diferencias de estilo que señalaba con su sutileza de alejandrino entre los Evangelios y Epístolas por una parte y el Apocalipsis por la otra”. Por entonces “la opinión de Dionisio era tan contraria a la creencia general que no pudo tomar pie ni aún en la Iglesia de Alejandría, y S. Atanasio, en 367, señala la necesidad de incluir entre los Libros santos al Apocalipsis, añadiendo que “allí están las fuentes de la salvación”. Pero la influencia de aquella opinión, apoyada y difundida por el historiador Eusebio, fue grande en lo sucesivo y a ella se debe el que autores de la importancia de Teodoreto, S. Cirilo de Jerusalén y S. Juan Crisóstomo en todas sus obras no hayan tomado en cuenta ni una sola vez el Apocalipsis (véase en la nota a 1:3 la queja del 4º Concilio de Toledo). La debilidad de esa posición de Dionisio Alejandrino la señala el mismo autor citado mostrando no sólo la “flaca” obra exegética de aquél, que cayó en el alegorismo de Orígenes después de haberlo combatido, sino también que, cuando el cisma de Novaciano abusó de la Epístola a los Hebreos, los obispos de África adoptaron igualmente como solución el rechazar la autenticidad de todo ese Libro y Dionisio estaba entre ellos (cf. Introducción a las Epístolas de S. Juan). “S. Epifanio, dice el P. Durand, había de llamarlos sarcásticamente (a esos impugnadores) los Alogos, para expresar, en una sola palabra, que rechazaban el Logos (razón divina) ellos que estaban privados de razón humana (a-logos)”. Añade el mismo autor que el santo les reprochó también haber atribuido el cuarto Evangelio al hereje Cerinto (como habían hecho con el Apocalipsis), y que más tarde su maniobra fue repetida por el presbítero romano Cayo, “pero el ataque fue pronto rechazado con ventaja por otro presbítero romano mucho más competente, el célebre S. Hipólito mártir”.

S. Juan escribió el Apocalipsis en Patmos, una de las islas del mar Egeo que forman parte del Dodecaneso, durante el destierro que sufrió bajo el emperador Domiciano, probablemente hacia él año 96. Las destinatarias fueron “las siete Iglesias de Asia” (Menor), cuyos nombres se mencionan en 1:11 (cf. nota) y cuya existencia, dice Gelin, podría explicarse por la irradiación de los judíos cristianos de Pentecostés (Hch. 2:9), así como Pablo halló en Éfeso algunos discípulos del Bautista (Hch. 19:2).

El objeto de este Libro, el único profético del Nuevo Testamento, es consolar a los cristianos en las continuas persecuciones que los amenazaban, despertar en ellos “la bienaventurada esperanza” (Tito 2:13) y a la vez preservarlos de las doctrinas falsas de varios herejes que se habían introducido en el rebaño de Cristo. En segundo lugar el Apocalipsis tiende a presentar un cuadro de las espantosas catástrofes y luchas que han de conmover al mundo antes del triunfo de Cristo en su Parusía y la derrota definitiva de sus enemigos, que el Padre le pondrá por escabel de sus pies (Hb. 10:13). Ello no impide que, como en los vaticinios del Antiguo Testamento y aún en los de Jesús (cf. p. ej. Mt. 24 y paralelos), el profeta pueda haber pensado también en acontecimientos contemporáneos suyos y los tome como figuras de lo que ha de venir, si bien nos parece inaceptable la tendencia a ver en estos anuncios, cuya inspiración sobrenatural y alcance profético reconoce la Iglesia, una simple expresión de los anhelos de una lejana época histórica o un eco del odio contra el imperio romano que pudiera haber expresado la literatura apocalíptica judía posterior a la caída de Jerusalén. A este respecto la reciente Biblia de Pirot, en su introducción al Apocalipsis, nos previene acertadamente que “autores católicos lo han presentado como la obra de un genio contrariado... a quien circunstancias exteriores han obligado a librar a la publicidad por decirlo así su borrador” y que en Patmos faltaba a Juan “un secretario cuyo cálamo hubiese corregido las principales incorrecciones que salían de la boca del maestro que dictaba”. ¿No es esto poner aun más a prueba la fe de los creyentes sinceros ante visiones de suyo oscuras y misteriosas por voluntad de Dios y que han sido además objeto de interpretaciones tan diversas, históricas y escatológicas, literales y alegóricas pero cuya lectura es una bienaventuranza (1:3) y cuyo sentido, no cerrado en lo principal (10:3 y nota), se aclarará del todo cuando lo quiera el Dios que revela a los pequeños lo que oculta a los sabios? (Lc. 10:21). Para el alma “cuya fe es también esperanza” (1 Pe. 1:21), tales dificultades, lejos de ser un motivo de desaliento en el estudio de las profecías bíblicas, muestran al contrario que, como dice Pío XII, deben redoblarse tanto más los esfuerzos cuanto más intrincadas aparezcan las cuestiones y especialmente en tiempos como los actuales, que los Sumos Pontífices han comparado tantas veces con los anuncios apocalípticos (cf. 3:15 s. y nota) y en que las almas, necesitadas más que nunca de la Palabra de Dios (cf. Am. 8:11 y nota), sienten el ansia del misterio y buscan como por instinto refugiarse en los consuelos espirituales de las profecías divinas (cf. Si. 39:1 y nota), a falta de las cuales están expuestas a caer en las fáciles seducciones del espiritismo, de las sectas, la teosofía y toda clase de magia y ocultismo diabólico. “Si no le creemos a Dios, dice S. Ambrosio, ¿a quién le creemos?”

Tres son los sistemas principales para interpretar el Apocalipsis. El primero lo toma como historia contemporánea del autor, expuesta con colores apocalípticos. Esta interpretación quitaría a los anuncios de S. Juan toda su trascendencia profética y en consecuencia su valor espiritual para el creyente. La segunda teoría, llamada de recapitulación, busca en el libro de S. Juan las diversas fases de la historia eclesiástica, pasadas y futuras, o por lo menos de la historia primera de la Iglesia hasta los siglos IV y V, sin excluir el final de los tiempos. La tercera interpretación ve en el Apocalipsis exclusivamente un libro profético escatológico, como lo hicieron sus primeros comentadores e intérpretes, es decir S. Ireneo, S. Hipólito, S. Victorino, S. Gregorio Magno y, entre los posteriores modernos, Ribera, Cornelio a Lápide, Fillion, etc. Este concepto, que no excluye, como antes dijimos, la posibilidad de las alusiones y referencias a los acontecimientos históricos de los primeros tiempos de la Iglesia, se ha impuesto hoy sobre los demás, como que, al decir de Sickenberger, la profecía que Jesús revela a S. Juan “es una explanación de los conceptos principales del discurso escatológico de Jesús, llamado el pequeño Apocalipsis”.

Debemos además tener presente que este sagrado vaticinio significa también una exhortación a estar firmes en la fe y gozosos en la esperanza, aspirando a los misterios de la felicidad prometida para las Bodas del Cordero. Sobre ellos dice S. Jerónimo: “el Apocalipsis de S. Juan contiene tantos misterios como palabras; y digo poco con esto, pues ningún elogio puede alcanzar el valor de este Libro, donde cada palabra de por sí abarca muchos sentidos”. En cuanto a la importancia del estudio de tan alta y definitiva profecía, nos convence ella misma al decirnos, tanto en su prólogo como en su epílogo, que hemos de conservar las cosas escritas en ella porque “el momento está cerca (1:3; 22:7). Cf. 1Ts 5:20; Hb 10:37 y notas. “No sea que volviendo de improviso os halle dormidos. Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!” (Mc 13:36-37). A “esta vela que espera y a esta esperanza que vela” se ha atribuido la riqueza de la vida sobrenatural de la primitiva cristiandad (cf. St. 5:8 y nota).

En los 404 versículos del Apocalipsis se encuentran 518 citas del Antiguo Testamento, de las cuales 88 tomadas de Daniel. Ello muestra sobradamente que en la misma Biblia es donde han de buscarse luces para la interpretación de esta divina profecía, y no es fácil entender cómo en visiones que S. Juan recibió transportado al cielo (4:1 s.) pueda suponerse que nos haya ya dejado, en los 24 ancianos, “una transposición angélica de las 24 divinidades babilónicas de las constelaciones que presidían a las épocas del año”, ni cómo, en las langostas de la 5ª trompeta, podría estar presente “la imaginería de los centauros” etc. Confesamos que, estimando sin restricciones la labor científica y crítica en todo cuanto pueda allegar elementos de interpretación al servicio de la Palabra divina, no entendemos cómo la respetuosa veneración que se le debe pueda ser compatible con los juicios que atribuyen al autor incoherencias, exageraciones, artificios y fallas de estilo y de método, como si la inspiración no le hubiese asistido también en la redacción, si es verdad que, como lo declara el Concilio Vaticano, confirmando el de Trento, la Biblia toda debe atribuirse a Dios como primer autor.


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Biblia de Straubinger

APOCALIPSIS 1

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Versículos:  01  |  06  |  11  |  16

Título y Bendición
Los Destinatarios
Vocación del Apóstol
Visión Preparatoria


Título y Bendición

Cap 1: 1 Revelación de Jesucristo, que Dios, para manifestar a sus siervos las cosas que pronto deben suceder, anunció y explicó, por medio de su ángel, a su siervo Juan; 2 el cual testifica la Palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo, todo lo cual ha visto. 3 Bienaventurado el que lee y los que escuchan las palabras de esta profecía y guardan las cosas en ella escritas; pues el momento está cerca.


Los Destinatarios

Cap 1: 4 Juan a las siete Iglesias que están en Asia: gracia a vosotros y paz de Aquel que es, y que era, y que viene; y de los siete Espíritus que están delante de su trono; 5 y de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos y el Soberano de los reyes de la tierra. A Aquel que nos ama, y que nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre,

6 e hizo de nosotros un reino y sacerdotes para el Dios y Padre suyo; a Él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén. 7 Ved, viene con las nubes, y le verán todos los ojos, y aun los que le traspasaron; y harán luto por Él todas las tribus de la tierra. Sí, así sea. 8 “Yo soy el Alfa y la Omega”, dice el Señor Dios, el que es, y que era, y que viene, el Todopoderoso.


Vocación del Apóstol

Cap 1: 9 Yo Juan, hermano vuestro y copartícipe en la tribulación y el reino y la paciencia en Jesús, estaba en la isla llamada Patmos, a causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús. 10 Me hallé en espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una voz fuerte como de trompeta,

11 que decía: “Lo que vas a ver escríbelo en un libro, y envíalo a las siete Iglesias: A Éfeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardes, a Filadelfia y a Laodicea”.


Visión Preparatoria

Cap 1: 12 Me volví para ver la voz que hablaba conmigo. Y vuelto, vi siete candelabros de oro, 13 y, en medio de los candelabros, alguien como Hijo de hombre, vestido de ropaje talar, y ceñido el pecho con un ceñidor de oro. 14 Su cabeza y sus cabellos eran blancos como la lana blanca, como la nieve; sus ojos como llama de fuego; 15 sus pies semejantes a bronce bruñido al rojo vivo como en una fragua; y su voz como voz de muchas aguas.

16 Tenía en su mano derecha siete estrellas; y de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su aspecto era como el sol cuando brilla en toda su fuerza. 17 Cuando le vi, caí a sus pies como muerto; pero Él puso su diestra sobre mí y dijo: “No temas; Yo soy el primero y el último, 18 y el viviente; estuve muerto, y ahora vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del abismo. 19 Escribe, pues lo que hayas visto; lo que es, y lo que debe suceder después de esto. 20 En cuanto al misterio de las siete estrellas, que has visto en mi diestra, y los siete candelabros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete Iglesias, y los siete candelabros son siete Iglesias”.

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LAS SIETE CARTAS

(Cap. 2 – Cap. 3)


 



Biblia de Straubinger

APOCALIPSIS 2

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Versículos:  01  |  06  |  11  |  16  |  21  |  26

Carta a la Iglesia de Éfeso
A la Iglesia de Esmirna
A la Iglesia de Pérgamo
La Iglesia de Tiatira


Carta a la Iglesia de Éfeso

Cap 2: 1 Al ángel de la Iglesia de Éfeso escríbele: “Esto dice el que tiene las siete estrellas en su mano derecha, el que anda en medio de los siete candelabros de oro: 2 Conozco tus obras, tus trabajos y tu paciencia, y que no puedes sufrir a los malos, y que has probado a los que se dicen apóstoles y no lo son, y los has hallado mentirosos. 3 Y tienes paciencia, y padeciste por mi nombre, y no has desfallecido. 4 Pero tengo contra ti que has dejado tu amor del principio. 5 Recuerda, pues, de donde has caído, y arrepiéntete, y vuelve a las primeras obras; si no, vengo a ti, y quitaré tu candelabro de su lugar, a menos que te arrepientas.

6 Esto empero tienes: que aborreces las obras de los Nicolaítas, que yo también aborrezco. 7 Quien tiene oído escuche lo que el Espíritu dice a las Iglesias: Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida que está en el Paraíso de Dios”.


A la Iglesia de Esmirna

Cap 2: 8 Al ángel de la Iglesia de Esmirna escríbele: “Estas cosas dice el primero y el último, el que estuvo muerto y volvió a la vida: 9 Conozco tu tribulación y tu pobreza – pero tú eres rico– y la maledicencia de parte de los que se llaman judíos y no son más que la sinagoga de Satanás. 10 No temas lo que vas a padecer. He aquí que el diablo va a meter a algunos de vosotros en la cárcel; es para que seáis probados, y tendréis una tribulación de diez días. Sé fiel hasta la muerte, y Yo te daré la corona de la vida.

11 Quien tiene oído escuche lo que el Espíritu dice a las Iglesias: El vencedor no será alcanzado por la segunda muerte”.


A la Iglesia de Pérgamo

Cap 2: 12 Al ángel de la Iglesia de Pérgamo escríbele: “El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto: 13 Yo sé donde moras: allí donde está el trono de Satanás: y con todo retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antípas, el testigo mío fiel, fue muerto entre vosotros donde habita Satanás. 14 Pero tengo contra ti algunas pocas cosas, por cuanto tienes allí a quienes han abrazado la doctrina de Balaam, el que enseñaba a Balac a dar escándalo a los lujos de Israel, para que comiesen de los sacrificios de los ídolos y cometiesen fornicación. 15 Así tienes también a quienes de manera semejante retienen la doctrina de los Nicolaítas.

16 Arrepiéntete, pues; que si no, vengo a ti presto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca. 17 Quien tiene oído escuche lo que el Espíritu dice a las Iglesias: Al vencedor le daré del maná oculto; y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo que nadie sabe sino aquel que la recibe”. A


La Iglesia de Tiatira

Cap 2: 18 Al ángel de la Iglesia de Tiatira escríbele: “Esto dice el Hijo de Dios, el que tiene ojos como llamas de fuego, y cuyos pies son semejantes a bronce bruñido: 19 Conozco tus obras, tu amor, tu fe, tu beneficencia y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras. 20 Pero tengo contra ti que toleras a esa mujer Jezabel, que dice ser profetisa y que enseña a mis siervos y los seduce para que cometan fornicación y coman lo sacarificado a los ídolos.

21 Le he dado tiempo para que se arrepienta, mas no quiere arrepentirse de su fornicación. 22 He aquí que a ella la arrojo en cama, y a los que adulteren con ella, (los arrojo) en grande tribulación, si no se arrepienten de las obras de ella. 23 Castigaré a sus hijos con la muerte, y conocerán todas las Iglesias que Yo soy el que escudriño entrañas y corazones; y retribuiré a cada uno de vosotros conforme a vuestras obras. 24 A vosotros, los demás que estáis en Tiatira, que no seguís esa doctrina y que no habéis conocido las profundidades, como dicen ellos, de Satanás: no echaré sobre vosotros otra carga. 25 Solamente, guardad bien lo que tenéis, hasta que Yo venga.

26 Y al que venciere y guardare hasta el fin mis obras, le daré poder sobre las naciones, 27 –y las regirá con vara de hierro, y serán desmenuzados como vasos de alfarero– 28 como Yo lo recibí de mi Padre; y le daré la estrella matutina. 29 Quien tiene oído, escuche, lo que el Espíritu dice a las Iglesias”.

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APOCALIPSIS 3

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Versículos:  01  |  06  |  11  |  16  |  21

A la Iglesia de Sardes
A la Iglesia de Filadelfia
A la Iglesia de Laodicea


A la Iglesia de Sardes

Cap 3: 1 Al ángel de la Iglesia de Sardes escríbele: “Esto dice el que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas: Conozco tus obras: se te tiene por viviente, pero estás, muerto. 2 Ponte alerta y consolida lo restante, que está a punto de morir; porque no he hallado tus obras cumplidas delante de mi Dios. 3 Recuerda, pues, tal como recibiste y oíste; y guárdalo y arrepiéntete. Si no velas vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora llegaré sobre ti. 4 Con todo, tienes en Sardes algunos pocos nombres que no han manchado sus vestidos; y han de andar conmigo vestidos de blanco, porque son dignos. 5 El vencedor será, vestido así, de vestidura blanca, y no borraré su nombre del libro de la vida; y confesaré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles.

6 Quien tiene oído escuche lo que el Espíritu dice a las Iglesias”.


A la Iglesia de Filadelfia

Cap 3: 7 Al ángel de la Iglesia de Filadelfia escríbele: “Esto dice el Santo, el Veraz, el que tiene la llave de David, el que abre y nadie cerrará, que cierra y nadie abre: 8 Conozco tus obras. He aquí que he puesto delante de ti una puerta abierta que nadie puede cerrar; porque no obstante tu debilidad, has guardado mi Palabra y no has negado mi Nombre. 9 He aquí que Yo te entrego algunos de la sinagoga de Satanás, que dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí que Yo los haré venir y postrarse a tus pies, y reconocerán que Yo te he amado. 10 Por cuanto has guardado la palabra de la paciencia mía, Yo también te guardaré de la hora de la prueba, esa hora que ha de venir sobre todo el orbe, para probar a los que habitan sobre la tierra.

11 Pronto vengo; guarda firmemente lo que tienes para que nadie te arrebate la corona. 12 Del vencedor haré una columna en el templo de mi Dios, del cual no saldrá más; y sobre él escribiré el nombre de Dios y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la que desciende del cielo viniendo de mi Dios, y el nombre mío nuevo. 13 Quien tiene oído escuche lo que el Espíritu dice a las Iglesias”.


A la Iglesia de Laodicea

Cap 3: 14 Al ángel, de la Iglesia de Laodicea escríbele: 15 Esto dice el Amén, el testigo fiel y veraz, el principio de la creación de Dios: “Conozco tus obras: no eres ni frío ni hirviente. ¡Ojalá fueras frío o hirviente!

16 Así, porque eres tibio, y ni hirviente ni frío, voy a vomitarte de mi boca. 17 Pues tú dices: “Yo soy rico, yo me he enriquecido, de nada tengo necesidad”, y no sabes que tú eres desdichado y miserable y mendigo y ciego y desnudo. 18 Te aconsejo que para enriquecerte compres de Mí oro acrisolado al fuego y vestidos blancos para que te cubras y no aparezca la vergüenza de tu desnudez, y colirio para ungir tus ojos a fin de que veas. 19 Yo reprendo y castigo a todos los que amo. Ten, pues, ardor y conviértete. 20 Mira que estoy a la puerta y golpeo. Si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré a él y cenaré con él, y él conmigo.

21 Al vencedor le haré sentarse conmigo en mi trono, así como Yo vencí y me senté con mi Padre en su trono. 22 Quien tiene oído escuche lo que el Espíritu dice a las Iglesias”.

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LOS SIETE SELLOS

(Cap. 4 – Vers. 8:5)


 



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APOCALIPSIS 4

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Versículos:  01  |  06  |  11

El Trono de Dios


El Trono de Dios

Cap 4: 1 Después de esto tuve una visión y he aquí una puerta abierta en el cielo, y aquella primera voz como de trompeta que yo había oído hablar conmigo dijo: “Sube acá y te mostraré las cosas que han de suceder después de éstas”. 2 Al instante me hallé (allí) en espíritu y he aquí un trono puesto en el cielo y Uno sentado en el trono. 3 Y Aquel que estaba sentado era a la vista como la piedra de jaspe y el sardónico; y alrededor del trono había un arco iris con aspecto de esmeralda. 4 Y en torno del trono, veinticuatro tronos; y en los tronos veinticuatro ancianos sentados, vestidos de vestiduras blancas y llevando sobre sus cabezas coronas de oro. 5 Y del trono salían relámpagos, voces y truenos; y delante del trono había siete lámparas de fuego encendidas, que son los siete espíritus de Dios;

6 y delante del trono algo semejante a un mar de vidrio, como cristal; y en medio ante el trono, y alrededor del trono, cuatro vivientes llenos de ojos por delante y por detrás. 7 El primer viviente era semejante a un león, el segundo viviente semejante a un becerro, el tercer viviente con cara como de hombre, y el cuarto viviente semejante a un águila que vuela. 8 Los cuatro vivientes, cada uno con seis alas, están llenos de ojos alrededor y por dentro, y claman día y noche sin cesar, diciendo: “Santo, santo, santo el Señor Dios, el Todopoderoso, el que era, y que es, y que viene”. 9 Y cada vez que los vivientes dan gloria, honor y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, 10 los veinticuatro ancianos se prosternan ante Aquel que está sentado sobre el trono y adoran, al que vive por los siglos de los siglos; y deponen sus coronas ante el trono, diciendo:

11 “Digno eres Tú, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria y el honor y el poder, porque Tú creaste todas las cosas y por tu voluntad tuvieron ser y fueron creadas”.

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Biblia de Straubinger

APOCALIPSIS 5

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Versículos:  01  |  06  |  11

El Libro de los Siete Sellos
Adoración del Cordero


El Libro de los Siete Sellos

Cap 5: 1 Y vi en la diestra de Aquel que estaba sentado sobre el trono un libro, escrito por dentro y por fuera, y sellado con siete sellos. 2 Y vi a un ángel poderoso que, a gran voz, pregonaba: “¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?” 3 Y nadie en el cielo, ni en la tierra, ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aún fijar los ojos en él. 4 Y yo lloraba mucho porque nadie era hallado digno de abrir el libro, ni de fijar en él los ojos. 5 Entonces me dijo uno de los ancianos: “No llores. Mira: el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha triunfado, de suerte que abra el libro y sus siete sellos”.

6 Y vi que en medio delante del trono y de los cuatro vivientes y de los ancianos estaba de pie un Cordero como degollado, que tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios en misión por toda la tierra. 7 El cual vino y tomó (el libro) de la diestra de Aquel que estaba sentado en el trono.


Adoración del Cordero

Cap 5: 8 Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante el Cordero, teniendo cada cual una cítara y copas de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos. 9 Y cantaban un cántico nuevo, diciendo: “Tú eres digno de tomar el libro, y de abrir sus sellos; porque Tú fuiste inmolado, y con tu sangre compraste para Dios (hombres) de toda tribu y lengua y pueblo y nación; 10 y los has hecho para nuestro Dios un reino y sacerdotes, y reinarán sobre la tierra”

11 Y miré y oí voz de muchos ángeles alrededor del trono y de los vivientes y de los ancianos; y era el número de ellos miradas de miríadas, y millares de millares; 12 los cuales decían a gran voz: “Digno es el Cordero que fue inmolado de recibir poder, riqueza, sabiduría, fuerza, honor, gloria y alabanza”. 13 Y a todas las criatura que hay en el cielo, sobre la tierra, debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que hay en ellos oí que decían: “Al que está sentado en el trono, y al Cordero, la alabanza, el honor, la gloria y el imperio pos los siglos de los siglos”. 14 Y los cuatro vivientes decían: “Amén”. Y los ancianos se postraron y adoraron.

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APOCALIPSIS 6

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Versículos:  01  |  06  |  11  |  16

Los Cuatro Caballos
La Voz de los Mártires
El Día de la Ira de Dios


Los Cuatro Caballos

Cap 6: 1 Y vi cuando el Cordero abrió el primero de los siete sellos, y oí que uno de los cuatro vivientes decía, como con voz de trueno: “Ven”. 2 Y miré, y he aquí un caballo blanco, el que lo montaba tenía un arco, y se le dio una corona; y salió venciendo y para vencer. 3 Y cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente que decía: “Ven”. 4 Y salió otro caballo, color de fuego, y al que lo montaba le fue dada quitar de la tierra la paz, y hacer, que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada. 5 Y cuando abrió el tercer sello, oí al tercero de los vivientes que decía: “Ven”. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía en su mano una balanza.

6 Y oí como una voz en medio de los cuatro vivientes que decía: “A un peso el kilo de trigo; a un peso, tres kilos de cebada; en cuanto al aceite y al vino no los toques”. 7 Y cuando abrió el cuarto sello oí la voz del cuarto viviente que decía: “Ven”. 8 Y miré, y he aquí un caballo pálido, y el que lo montaba tenía por nombre “la Muerte”; y el Hades seguía en pos de él; y se les dio potestad sobre la cuarta parte de la tierra para matar a espada y con hambre y con peste y por medio de las bestias de la tierra.


La Voz de los Mártires

Cap 6: 9 Y cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los degollados por la causa de la Palabra de Dios y por el testimonio que mantuvieron; 10 y clamaron a gran voz, diciendo: “¿Hasta cuándo, oh Señor, Santo y Veraz, tardas en juzgar y vengar nuestra sangre en los habitantes de la tierra?”

11 Y les fue dada una túnica blanca a cada uno; y se les dijo que descansasen todavía por poco tiempo hasta que se completase el número de sus consiervos y de sus hermanos que habían de ser matados como ellos.


El Día de la Ira de Dios

Cap 6: 12 Y vi cuando abrió el sexto sello, y se produjo un gran terremoto, y el sol se puso negro como un saco de crin, y la luna entera se puso como sangre; 13 y las estrellas del cielo cayeron a la tierra, como deja caer sus brevas la higuera sacudida por un fuerte viento. 14 Y el cielo fue cediendo como un rollo que se envuelve, y todas las montañas e islas fueron removidas de sus lugares. 15 Y los reyes de la tierra y los magnates y los jefes, militares y los ricos y los fuertes y todo siervo y todo libre se escondieron en las cuevas y entre los peñascos de las montañas.

16 Y decían a las montañas y a los peñascos: “Caed sobre nosotros y escondednos de la faz de Aquel que está sentado en el trono y de la ira del Cordero; 17 porque ha llegado el gran día del furor de ellos y ¿quién puede estar en pie?”

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APOCALIPSIS 7

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Versículos:  01  |  06  |  11  |  16

Los Escogidos son Marcados
Los Redimidos adoran a Dios y al Cordero


Los Escogidos son Marcados

Cap 7: 1 Después de esto vi cuatro ángeles que estaban de pie en los cuatro ángulos de la tierra y detenían los cuatro vientos de la tierra para que no soplase viento sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre árbol alguno. 2 Y vi a otro ángel que subía del Oriente y tenía el sello del Dios vivo, y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes había sido dado hacer daño a la tierra y al mar; 3 y dijo: “No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado a los siervos de nuestro Dios en sus frentes”. 4 Y oí el número de los que fueron sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel; 5 de la tribu de Judá doce mil sellados, de la tribu de Rubén doce mil, de la tribu de Gad doce mil,

6 de la tribu de Aser doce mil, de la tribu de Neftalí doce mil, de la tribu de Manasés doce mil, 7 de la tribu de Simeón doce mil, de la tribu de Leví doce mil, de la tribu de Isacar doce mil, 8 de la tribu de Zabulón doce mil, de la tribu de José doce mil, de la tribu de Benjamín doce mil sellados.


Los Redimidos adoran a Dios y al Cordero

Cap 7: 9 Después de esto miré, y había una gran muchedumbre que nadie podía contar, de entre todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, que estaban de pie ante el trono y ante el Cordero, vestidos de túnicas blancas, con palmas en sus manos; 10 y clamaban a gran voz diciendo: “La salud es de nuestro Dios que está sentado en el trono, y del Cordero”.

11 Y todos los ángeles que estaban de pie alrededor del trono y de los ancianos y de los cuatro vivientes cayeron sobre sus rostros ante el trono y adoraron a Dios, 12 diciendo: “Amén, la alabanza, la gloria, la sabiduría, la gratitud, el honor, el poder y la fuerza a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén”. 13 Y uno de los ancianos, tomando la palabra, me preguntó; “Estos que están vestidos de túnicas blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido?” 14 Y yo le dije: “Señor mío, tú lo sabes”. Y él me contestó: “Estos son los que vienen de la gran tribulación, y lavaron sus vestidos, y los blanquearon en la sangre del Cordero. 15 Por eso están delante del trono de Dios, y le adoran día y noche en su templo; y el que está sentado en el trono fijará su morada con ellos.

16 Ya no tendrán hambre ni sed; nunca más los herirá el sol ni ardor alguno; 17 porque el Cordero, que está en medio, frente al trono, será su pastor, y los guiará a las fuentes de las aguas de la vida; y Dios les enjugará toda lagrima de sus ojos”.

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APOCALIPSIS 8

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Versículos:  01  |  06  |  11

El Séptimo Sello
Las Cuatro Primeras Trompetas


El Séptimo Sello

Cap 8: 1 Y cuando abrió el séptimo sello, se hizo en el cielo un silencio como de media hora. 2 Y vi a los siete ángeles que están en pie ante Dios y les fueron dadas siete trompetas. 3 Y vino otro ángel que se puso junto al altar, teniendo un incensario de oro, y le fueron dados muchos perfumes, para ofrecerlos con las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro que estaba delante del trono. 4 Y el humo de los perfumes subió con las oraciones de los santos de la mano del ángel a la presencia de Dios. 5 Entonces el ángel tomó el incensario, lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó sobre la tierra. Y hubo truenos y voces y relámpagos y un terremoto.



 

LAS SIETE TROMPETAS

(Vers. 8:6 – Cap. 11)


 


Las Cuatro Primeras Trompetas

Cap 8: 6 Y los siete ángeles que tenían las siete trompetas se aprestaron a tocarlas, 7 Y el primero tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego mezclados con sangre, que fueron arrojados sobre la tierra, y fue incendiada la tercera parte de la tierra; y fue incendiada la tercera parte de los árboles, y fue incendiada toda hierba verde. 8 Y tocó la trompeta el segundo ángel, y algo como una gran montaña en llamas fue precipitada en el mar, y la tercera parte del mar se convirtió en sangre. 9 Y murió la tercera parte de las creaturas vivientes que estaban en el mar, y la tercera parte de las naves fue destruida. 10 Y tocó la trompeta el tercer ángel, y se precipitó del cielo una grande estrella, ardiendo como una antorcha: cayó en la tercera parte de los ríos y en los manantiales de las aguas.

11 El nombre de la estrella es Ajenjo; y convirtióse la tercera parte de las aguas en ajenjo; y muchos hombres murieron a causa de esas aguas porque se habían vuelto amargas. 12 Y tocó la trompeta el cuarto ángel, y fue herida la tercera parte del sol y la tercera parte de la luna y la tercera parte de las estrellas, de manera que se obscureció la tercera parte de ellos, y el día perdió la, tercera parte de su luz y lo mismo la noche. 13 Y vi y oí cómo volaba por medio del cielo un águila que decía con poderosa voz: “¡Ay, ay, ay de los moradores de la tierra, a causa de los toques de trompeta que faltan de los tres ángeles que todavía han de tocar!”

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APOCALIPSIS 9

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Versículos:  01  |  06  |  11  |  16  |  21

La Quinta Trompeta
La Sexta Trompeta


La Quinta Trompeta

Cap 9: 1 Y tocó la trompeta el quinto ángel, y vi una estrella que había caído del cielo a la tierra, y le fue dada la llave del pozo del abismo. 2 Abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como el humo de un gran horno, y a causa del humo del pozo se obscurecieron el sol y el aire. 3 Del humo salieron langostas sobre la tierra; y les fue dado poder, semejante al poder que tienen los escorpiones de la tierra. 4 Y se les mandó que no dañasen la hierba de la tierra, ni verdura alguna, ni árbol alguno, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en la frente. 5 Les fue dado no matarlos, sino torturarlos por cinco meses; y su tormento era como el tormento que causa el escorpión cuando pica al hombre.

6 En aquellos días los hombres buscarán la muerte, y no la hallarán; desearán morir, y la muerte huirá de ellos. 7 Las langostas eran semejantes a caballos aparejados para la guerra, y sobre sus cabezas llevaban algo como coronas parecidas al oro, y sus caras eran como caras de hombres. 8 Tenían cabellos como cabellos de mujer y sus dientes eran como de leones. 9 Sus pechos eran como corazas de hierro, y el estruendo de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos que corren al combate. 10 Tenían colas semejantes a escorpiones, y (en ellas) aguijones; y en sus colas reside su poder de hacer daño a los hombres durante los cinco meses.

11 Tienen por rey sobre ellas al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abaddón y que lleva en griego el nombre de Apollyon. 12 Él primer ay pasó; ved que tras esto vienen aún dos ayes.


La Sexta Trompeta

Cap 9: 13 Y tocó la trompeta el sexto ángel, y oí una voz procedente de los cuatro cuernos del altar de oro que está delante de Dios, 14 y decía al sexto ángel que tenía la trompeta: “Suelta a los cuatro ángeles encadenados junto al gran río Eúfrates: 15 Y fueron soltados los cuatro ángeles que estaban dispuestos para la hora y el día y el mes y el año, a fin de exterminar la tercera parte de los hombres.

16 Y el número de las huestes de a caballo era de doscientos millones. Yo oí su número. 17 En la visión miré los caballos y a sus jinetes; tenían corazas como de fuego y de jacinto y de azufre; las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones, y de su boca salía fuego y humo y azufre. 18 De estas tres plagas murió la tercera parte de los hombres, a consecuencia del fuego y del humo y del azufre que salía de las bocas de aquéllos. 19 Pues el poder de los caballos está en su boca y en sus colas; porque sus colas, semejantes a serpientes, tienen cabezas, y con ellas dañan. 20 Mas el resto de los hombres, los que no fueron muertos con estas plagas, no se arrepintieron de las obras de sus manos y no cesaron de adorar a los demonios y los ídolos de oro y de plata y de bronce y de piedra y de madera, que no pueden ver ni oír ni andar.

21 Ni se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus latrocinios.

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APOCALIPSIS 10

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Versículos:  01  |  06  |  11

El Libro Profético
El Apóstol come el Libro


El Libro Profético

Cap 10: 1 Y vi a otro ángel poderoso que descendía del cielo, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza. Su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego. 2 Tenía en su mano un librito abierto, y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra; 3 y clamó con gran voz, como un león que ruge; y cuando hubo clamado, los siete truenos levantaron sus voces. 4 Y cuando hubieron hablado los siete truenos, iba yo a escribir; mas oí una voz del cielo que decía: “Sella lo que dijeron los siete truenos y no lo escribas”. 5 Entonces el ángel que yo había visto de pie sobre el mar y sobre la tierra, alzó su mano derecha hacia el cielo,

6 y juró por Aquel que vive por los siglos de los siglos –que creó el cielo y cuanto hay en él, y la tierra y cuanto hay en ella, y el mar y cuanto hay en él– que ya no habrá más tiempo, 7 sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él vaya a tocar la trompeta, el misterio de Dios quedará consumado según la buena nueva que Él anunció a sus siervos los profetas.


El Apóstol come el Libro

Cap 10: 8 La voz que yo había oído del cielo me habló otra vez y dijo: “Ve y toma el libro abierto en la mano del ángel que está de pie sobre el mar y sobre la tierra”. 9 Fui, pues, al ángel y le dije que me diera el librito. Y él me respondió: “Toma y cómelo; amargará tus entrañas, pero en tu boca será dulce como la miel”. 10 Tomé el librito de la mano del ángel y lo comí; y era en mi boca dulce como la miel, mas habiéndolo comido quedaron mis entrañas llenas de amargura.

11 Me dijeron entonces: “Es menester que profetices de nuevo contra muchos pueblos y naciones y lenguas y reyes”.

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APOCALIPSIS 11

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Versículos:  01  |  06  |  11  |  16

Los Dos Testigos
La Séptima Trompeta


Los Dos Testigos

Cap 11: 1 Fuéme dada una caña, semejante a una vara, y se me dijo: “Levántate y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran allí”. 2 Mas el atrio exterior del templo déjalo fuera, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles, los cuales hollarán la Ciudad santa durante cuarenta y dos meses. 3 Y daré a mis dos testigos que, vestidos de sacos, profeticen durante mil doscientos sesenta días. 4 Estos son los dos olivos y los dos candelabros que están en pie delante del Señor de la tierra. 5 Y si alguno quisiere hacerles daño, sale de la boca de ellos fuego que devora a sus enemigos. Y el que pretenda hacerles mal, ha de morir de esta manera.

6 Ellos tienen poder de cerrar el cielo para que no llueva durante los días en que ellos profeticen; tienen también potestad sobre las aguas, para convertirlas en sangre, y herir la tierra con toda suerte de plagas cuantas veces quisieren. 7 Y cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo les hará guerra, los vencerá, y les quitará la vida. 8 Y sus cadáveres (yacerán) en la plaza de la gran ciudad que se llama alegóricamente Sodoma y Egipto, que es también el lugar donde el Señor de ellos fue crucificado. 9 Y gentes de los pueblos y tribus y lenguas y naciones contemplarán sus cadáveres tres días y medio, y no permitirán que se dé sepultura a los cadáveres. 10 Y los habitantes de la tierra se regocijan a causa de ellos, hacen fiesta, y se mandarán regalos unos a otros, porque estos dos profetas fueron molestos a los moradores de la tierra.

11 Pero, al cabo de los tres días y medio, un espíritu de vida que venía de Dios, entró en ellos y se levantaron sobre sus pies, y cayó un gran temor sobre quienes los vieron. 12 Y oyeron una poderosa voz del cielo que les decía: “Subid acá”. Y subieron al cielo en la nube, a la vista de sus enemigos. 13 En aquella hora se produjo un gran terremoto, se derrumbó la décima parte de la ciudad y fueron muertos en el terremoto siete mil nombres de hombres; los demás, sobrecogidos de temor, dieron gloria al Dios, del cielo. 14 El segundo ay pasó; ved que el tercer ay viene pronto.


La Séptima Trompeta

Cap 11: 15 Y tocó la trompeta el séptimo ángel, y se dieron grandes voces en el cielo que decían: “El imperio del mundo ha pasado a nuestro Señor y a su Cristo; y Él reinará por los siglos de los siglos”.

16 Y los veinticuatro ancianos que delante de Dios se sientan en sus tronos, se postraron sobre sus rostros adoraban a Dios, 17 diciendo: “Te agradecemos, Señor Dios Todopoderoso, que eres y que eras, por cuanto has asumido tu gran poder y has empezado a reinar. 18 Habíanse airado las naciones, pero vino la ira tuya y el tiempo para juzgar a los muertos y para dar galardón a tus siervos, los profetas, y a los santos y a los que temen tu Nombre, pequeños y grandes, y para perder a los que perdieron la tierra”. 19 Entonces fue abierto el Templo de Dios, el que está en el cielo, y fue vista en su Templo el arca de su Alianza; y hubo relámpagos y voces y truenos y terremoto y pedrisco grande.

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LA LUCHA CON EL DIABLO Y ANTICRISTO

(Cap. 12 – Cap. 14)


 



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APOCALIPSIS 12

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Versículos:  01  |  06  |  11  |  16

La Mujer y el Dragón
El Dragón Vencido por San Miguel
El Dragón continúa la Persecución de la Mujer


La Mujer y el Dragón

Cap 12: 1 Y una gran señal apareció en el cielo: una mujer revestida del sol y con la luna bajo sus pies y en su cabeza una corona de doce estrellas, 2 la cual, hallándose encinta, gritaba con dolores de parto y en las angustias del alumbramiento. 3 Y vióse otra señal en el cielo y he aquí un gran dragón de color de fuego, con siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas. 4 Su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó a la tierra. El dragón se colocó frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo luego que ella hubiese alumbrado. 5 Y ella dio a luz a un hijo varón, el que apacentará todas las naciones con cetro de hierro; y el hijo fue arrebatado para Dios y para el trono suyo.

6 Y la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios para que allí la sustenten durante mil doscientos sesenta días.


El Dragón Vencido por San Miguel

Cap 12: 7 Y se hizo guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles pelearon contra el dragón; y peleaba el dragón y sus ángeles, 8 mas no prevalecieron, y no se halló más su lugar en el cielo. 9 Y fue precipitado el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama el Diablo y Satanás, el engañador del universo. Arrojado fue a la tierra, y con él fueron arrojados sus ángeles. 10 Y oí una gran voz en el cielo que decía: “Ahora ha llegado la salvación, el poderío y el reinado de nuestro Dios y el imperio de su Cristo, porque ha sido precipitado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.

11 Ellos lo han vencido en virtud de la sangre del Cordero y por la palabra, de la cual daban testimonio, menospreciando sus vidas hasta morir. 12 Por tanto alegraos, oh cielos, y los que habitáis en ellos. Mas ¡ay de la tierra y del mar! Porque descendió a vosotros el Diablo, lleno de gran furor, sabiendo que le queda poco tiempo”.


El Dragón continúa la Persecución de la Mujer

Cap 12: 13 Cuando el dragón se vio precipitado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al varón. 14 Pero a la mujer le fueron dadas las dos alas del águila grande para que volase al desierto, a su sitio donde es sustentada por un tiempo y (dos) tiempos y la mitad de un tiempo, fuera de la vista de la serpiente. 15 Entonces la serpiente arrojó de su boca en pos de la mujer agua como un río, para que ella fuese arrastrada por la corriente.

16 Mas la tierra vino en ayuda de la mujer pues abrió la tierra su boca, y sorbióse el río que el dragón había arrojado de su boca. 17 Y se enfureció el dragón contra la mujer, y se fue a hacer guerra contra el resto del linaje de ella, los que guardan los mandamientos de Dios mantienen el testimonio de Jesús. 18 Y apostóse sobre la arena del mar.

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APOCALIPSIS 13

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Versículos:  01  |  06  |  11  |  16

La Bestia del Mar
La Bestia de la Tierra


La Bestia del Mar

Cap 13: 1 Y del mar vi subir una bestia con diez cuernos y siete cabezas, y en sus cuernos diez diademas, y en sus cabezas nombres de blasfemia. 2 La bestia que vi era semejante a una pantera; sus patas eran como de oso, y su boca como boca de león; y el dragón le pasó su poder y su trono y una gran autoridad. 3 Y (yo vi) una de sus cabezas como si se le hubiese dado muerte: mas fue sanada de su golpe mortal, y maravillóse toda la tierra, (y se fue) en pos de la bestia. 4 Y adoraron al dragón, porque él había dado la autoridad a la bestia; y adoraron a la bestia, diciendo: “¿Quién cómo la bestia? y ¿quién puede hacerle guerra?” 5 Y se le dio una boca que profería altanerías y blasfemias; y le fue dada autoridad para hacer su obra durante cuarenta y dos meses.

6 Abrió, pues, su boca para blasfemar contra Dios, blasfemar de su Nombre, de su morada y de los que habitan en el cielo. 7 Le fue permitido también hacer guerra a los santos y vencerlos; y le fue dada autoridad sobre toda tribu y pueblo y lengua y nación. 8 Y lo adorarán (al dragón) todos los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos, desde la fundación del mundo, en el libro de la vida del Cordero inmolado. 9 Si alguno tiene oído, oiga: 10 si alguno ha de ir al cautiverio, irá al cautiverio; si alguno ha de morir a espada, a espada morirá. En esto está la paciencia y la fe de los santos.


La Bestia de la Tierra

Cap 13: 11 Y vi otra bestia que subía de (bajo) la tierra. Tenía dos cuernos como un cordero, pero hablaba como dragón. 12 Y la autoridad de la primera bestia la ejercía toda en presencia de ella. E hizo que la tierra y sus moradores adorasen a la bestia primera, que había sido sanada de su golpe mortal. 13 Obró también grandes prodigios, hasta hacer descender fuego del cielo a la tierra a la vista de los hombres. 14 Y embaucó a los habitantes de la tierra con los prodigios que le fue dado hacer en presencia de la bestia, diciendo a los moradores de la tierra que debían erigir una estatua a la bestia que recibió el golpe de espada y revivió. 15 Y le fue concedido animar la estatua de la bestia de modo que la estatua de la bestia también hablase e hiciese quitar la vida a cuantos no adorasen la estatua de la bestia.

16 E hizo poner a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos una marca impresa en la mano derecha o en la frente, 17 a fin de que nadie pudiese comprar ni vender si no estaba marcado con el nombre de la bestia o el número de su nombre. 18 Aquí la sabiduría: quien tiene entendimiento calcule la cifra de la bestia. Porque es cifra de hombre: su cifra es seiscientos sesenta y seis.

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APOCALIPSIS 14

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Versículos:  01  |  06  |  11  |  16

El Cordero y las Vírgenes
Tres Heraldos de los Juicios de Dios
Comienzo del Juicio


El Cordero y las Vírgenes

Cap 14: 1 Y miré, y he aquí que el Cordero estaba de pie sobre el monte Sión, y con Él ciento cuarenta y cuatro mil que llevaban escrito en sus frentes el nombre de Él y el nombre de su Padre. 2 Y oí una voz del cielo, semejante a la voz de muchas aguas, y como el estruendo de un gran trueno; y la voz que oí se parecía a la de citaristas que tañen sus cítaras. 3 Y cantaban un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro vivientes y de los ancianos; y nadie podía aprender aquel cántico sino los ciento cuarenta y cuatro mil, los rescatados de la tierra. 4 Estos son los que no se contaminaron con mujeres, porque son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero doquiera vaya. Estos fueron rescatados de entre los hombres, como primicias, para Dios y para el Cordero. 5 Y en su boca no se halló mentira, son inmaculados.


Tres Heraldos de los Juicios de Dios

Cap 14: 6 Y vi a otro ángel volando por medio del cielo, que tenía que anunciar un Evangelio eterno para evangelizar a los que tienen asiento en la tierra: a toda nación y tribu y lengua y pueblo. 7 Y decía a gran voz: “Temed a Dios y dadle gloria a Él, porque ha llegado la hora de su juicio; adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”. 8 Siguióle un segundo ángel que decía: “Ha caído, ha caído Babilonia, la grande; la cual abrevó a todas las naciones con el vino de su enardecida fornicación”. 9 Y un tercer ángel los siguió diciendo a gran voz: “Si alguno adora a la bestia y a su estatua y recibe su marca en la frente o en la mano, 10 él también beberá del vino del furor de Dios, vino puro, mezclado en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre, en la presencia de los santos ángeles y ante el Cordero.

11 Y el humo de su suplicio sube por siglos de siglos; y no tienen descanso día ni noche los que adoran a la bestia y a su estatua y cuantos aceptan la marca de su nombre”. 12 En esto está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. 13 Y oí una voz del cielo que decía: “Escribe: ¡Bienaventurados desde ahora los muertos que mueren en el Señor! Sí, dice el Espíritu, que descansen de sus trabajos, pues sus obras siguen con ellos”.


Comienzo del Juicio

Cap 14: 14 Y miré y había una nube blanca y sobre la nube uno sentado, semejante a hijo de hombre, que tenía en su cabeza una corona de oro y en su mano una hoz afilada. 15 Y salió del templo otro ángel, gritando con poderosa voz al que estaba sentado sobre la nube: “Echa tu hoz y siega, porque ha llegado la hora de segar, pues la mies de la tierra está completamente seca”.

16 Entonces el que estaba sentado sobre la nube lanzó su hoz sobre la tierra y la tierra fue segada. 17 Y salió otro ángel del santuario celestial teniendo también una hoz afilada. 18 Y del altar salió otro ángel, el que tiene poder sobre el fuego, y llamó a gran voz al que tenía la hoz afilada, diciendo: “Echa tu hoz afilada y vendimia los racimos de la vida de la tierra, porque sus uvas están maduras”. 19 Y arrojó el ángel su hoz sobre la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y echó (la vendimia) en el lagar grande de la ira de Dios. 20 El lagar fue pisado fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre que llegó hasta los frenos de los caballos, por espacio de mil seiscientos estadios.

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LAS SIETE ÚLTIMAS PLAGAS – LAS SIETE COPAS

(Cap. 15 – Vers. 19:10)


 



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APOCALIPSIS 15

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Versículos:  01  |  06

Himno de los Vencedores de la Bestia
Entrega de las Copas


Himno de los Vencedores de la Bestia

Cap 15: 1 Vi en el cielo otra señal grande y sorprendente: siete ángeles con siete plagas, las postreras, porque en ellas el furor de Dios queda consumado. 2 Y vi como un mar de cristal mezclado con fuego, y a los triunfadores que escaparon de la bestia y de su estatua y del número de su nombre, en pie sobre el mar de cristal, llevando cítaras de Dios. 3 Y cantaban el cántico de Moisés; siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo. “Grandes y sorprendentes son tus obras, oh Señor, Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, oh Rey de las naciones. 4 ¿Quién no te temerá, Señor, y no glorificará tu Nombre?, pues sólo Tú eres santo; y todas las naciones vendrán, y se postrarán delante de Ti, porque los actos de tu justicia se han hecho manifiestos”.


Entrega de las Copas

Cap 15: 5 Después de esto miré, y fue abierto en el cielo el templo del tabernáculo del testimonio;

6 y del templo salieron los siete ángeles que tenían las siete plagas, vestidos de lino puro y resplandeciente, y ceñidos alrededor del pecho con ceñidores de oro. 7 Y uno de los cuatro vivientes dio a los siete ángeles siete copas de oro, rebosantes de la ira del Dios que vive por los siglos de los siglos. 8 Y el templo se llenó del humo de la gloria de Dios y de su poder; y nadie pudo entrar en el templo hasta cumplirse las siete plagas de los siete ángeles.

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APOCALIPSIS 16

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Versículos:  01  |  06  |  11  |  16  |  21

Las Seis Primeras Copas
Las Ranas
La Séptima Copa


Las Seis Primeras Copas

Cap 16: 1 Oí una gran voz procedente del templo que decía a los siete ángeles: “Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios”. 2 Fue el primero y derramó su copa sobre la tierra y se produjo una úlcera horrible y maligna en los hombres que tenían la marca de la bestia y adoraban su estatua. 3 Y el segundo derramó su copa sobre el mar, el cual se convirtió en sangre como la de un muerto, y todo ser viviente en el mar murió. 4 El tercero derramó su copa en los ríos y en las fuentes de las aguas y se convirtieron en sangre. 5 Y oí decir al ángel de las aguas: “Justo eres, oh Tú que eres y que eras, oh Santo, en haber hecho este juicio.

6 Porque sangre de santos y profetas derramaron, y sangre les has dado a beber: lo merecen”. 7 Y oí al altar que decía: “Sí, Señor, Dios Todopoderoso, fieles y justos son tus juicios”. 8 El cuarto derramó su copa sobre el sol, al cual fue dado abrasar a los hombres por su fuego. 9 Y abrasáronse los hombres con grandes ardores, y blasfemaron del Nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas; mas no se arrepintieron para darle gloria a Él. 10 El quinto derramó su copa sobre el trono de la bestia, y el reino de ella se cubrió de tinieblas, y se mordían de dolor las lenguas.

11 Y blasfemaron del Dios del cielo, a causa de sus dolores y de sus úlceras, pero no se arrepintieron de sus obras. 12 El sexto derramó su copa sobre el gran río Eúfrates, y secóse su agua, para que estuviese expedito el camino a los reyes del oriente.


Las Ranas

Cap 16: 13 Y vi cómo de la boca del dragón y de la boca de la bestia y de la boca del falso profeta solían tres espíritus inmundos en figura de ranas. 14 Son espíritus de demonios que obran prodigios y van a los reyes de todo el orbe a juntarlos para la batalla del gran día del Dios Todopoderoso. – 15 He aquí que vengo como ladrón. Dichoso el que vela y guarda sus vestidos, para no tener que andar desnudo y mostrar su vergüenza–.

16 Y los congregaron en el lugar que en hebreo se llama Harmagedón.


La Séptima Copa

Cap 16: 17 El séptimo (ángel) derramó su copa en el aire, y salió una poderosa voz del templo, desde el trono [en el cielo] que decía: “Hecho está”. 18 Y hubo relámpagos y voces y truenos, y se produjo un gran terremoto cual nunca lo hubo desde que hay hombres sobre la tierra. Así fue de grande este poderoso terremoto. 19 Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de los gentiles cayeron, y Babilonia la grande fue recordada delante de Dios, para darle el cáliz del vino de su furiosa ira. 20 Y desaparecieron todas las islas, y no hubo más montañas.

21 Y cayó del cielo sobre los hombres granizo del tamaño de un talento; y los hombres blasfemaron de Dios por la plaga del granizo, porque esta plaga fue sobremanera grande.

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Biblia de Straubinger

APOCALIPSIS 17

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Versículos:  01  |  06  |  11  |  16

La Gran Ramera
Explicación del Misterio de la Ramera


La Gran Ramera

Cap 17: 1 Y vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas y habló conmigo diciendo: “Ven acá; te mostraré el juicio de la ramera grande, la que está sentada sobre muchas aguas; 2 con la que han fornicado los reyes de la tierra, embriagándose los moradores de la tierra con el vino de su prostitución”. 3 Y me llevó a un desierto en espíritu; y vi a una mujer sentada sobre una bestia purpúrea, repleta de nombres de blasfemias, que tenía siete cabezas y diez cuernos. 4 La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y cubierta de oro y piedras preciosas y perlas, y llevaba en su mano (por una parte) un cáliz de oro lleno de abominaciones y (por otra) las inmundicias de su fornicación. 5 Escrito sobre su frente tenía un nombre, un misterio: “Babilonia la grande, la madre de los fornicarios y de las abominaciones de la tierra”.

6 Y vi a la mujer ebria de la sangre de los santos y de la sangre de los testigos de Jesús; y al verla me sorprendí con sumo estupor.


Explicación del Misterio de la Ramera

Cap 17: 7 Mas el ángel me dijo: “¿Por qué te has asombrado? Yo te diré el misterio de la mujer y de la bestia que la lleva, la que tiene las siete cabezas y los diez cuernos. 8 La bestia que has visto era y ahora no es; está para subir del abismo y va a su perdición. Y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida desde la creación del mundo, se llenarán de admiración cuando vean que la bestia, que era y ahora no es, reaparecerá. 9 Esto para la mente que tiene sabiduría: las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales la mujer tiene sede. 10 Son también siete reyes: los cinco cayeron, el uno es, el otro aún no ha venido; y cuando venga, poco ha de durar.

11 Y la bestia que era y no es, es él, el octavo, y es de los siete, y va a perdición. 12 Y los diez cuernos que viste son diez reyes que aún no han recibido reino, mas con la bestia recibirán potestad como reyes por espacio de una hora. 13 Estos tienen un solo propósito: dar su poder y autoridad a la bestia. 14 Estos guerrearan con el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque es Señor de señores y Rey de reyes; y (vencerán) también los suyos, los llamados y escogidos y fieles”. 15 Díjome aún: “Las aguas que viste sobre las cuales tiene su sede la ramera, son pueblos y muchedumbres y naciones y lenguas.

16 Y los diez cuernos que viste, así como la bestia, aborrecerán ellos mismos a la ramera, la dejarán desolada y desnuda, comerán sus carnes y la abrasarán en fuego. 17 Porque Dios ha puesto en sus corazones hacer lo que a Él le plugo: ejecutar un solo designio: dar la autoridad de ellos a la bestia, hasta que las palabras de Dios se hayan cumplido. 18 Y la mujer que has visto es aquella ciudad, la grande, la que tiene imperio sobre los reyes de la tierra”. ángeles.

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APOCALIPSIS 18

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Versículos:  01  |  06  |  11  |  16  |  21

Anuncio del Castigo de Babilonia
La Caída de Babilonia
Lamentaciones de los Aliados y Mercaderes
El Juicio Definitivo Sobre Babilonia


Anuncio del Castigo de Babilonia

Cap 18: 1 Después de esto vi cómo bajaba del cielo otro ángel que tenía gran poder, y con su gloria se iluminó la tierra. 2 Y clamó con gran voz diciendo: “Ha caído, ha caído Babilonia la grande, y ha venido a ser albergue de demonios y refugio de todo espíritu inmundo y refugio de toda ave impura y aborrecible. 3 Porque del vino de su furiosa fornicación bebieron todas las naciones; con ella fornicaron los reyes de la tierra y con el poder de su lujo se enriquecieron los mercaderes de la tierra”.


La Caída de Babilonia

Cap 18: 4 Oí otra voz venida del cielo que decía: “Salid de ella, pueblo mío, para no ser solidario de sus pecados y no participar en sus plagas; 5 pues sus pecados se han acumulado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus iniquidades.

6 Pagadle como ella ha pagado; retribuidle el doble conforme a sus obras; en la copa que mezcló, mezcladle doblado. 7 Cuanto se glorificó a sí misma y vivió en lujo, otro tanto dadle de tormento de luto, porque ella dice en su corazón: “Como reina estoy sentada y no soy viuda y jamás veré duelo”. 8 Por tanto, en un solo día vendrán sus plagas: muerte y luto y hambre: y será abrasada en fuego, porque fuerte Señor es el Dios que la ha juzgado”.


Lamentaciones de los Aliados y Mercaderes

Cap 18: 9 Al ver el humo de su incendio llorarán y se lamentaran sobre ella los reyes de la tierra, que con ella vivieron en la fornicación y en el lujo. 10 Manteniéndose lejos por miedo al tormento de ella, dirán: “¡Ay, ay e la ciudad grande de Babilonia, la ciudad poderosa, porque en una sola hora vino tu juicio!”

11 También los traficantes de la tierra lloran y hacen luto sobre ella, porque nadie compra más sus cargamentos: 12 cargamentos de oro, de plata, de piedras preciosas, de perlas, de fino lino, de púrpura, de seda y de escarlata, y toda clase de madera olorosa, toda suerte de objetos de marfil y todo utensilio de madera preciosísima, de bronce, de hierro y de mármol; 13 y canela, especies aromáticas, perfumes, mirra, incienso, vino y aceite, flor de harina y trigo, vacas y ovejas, caballos y carruajes, cuerpos y almas de hombres. 14 Los frutos que eran el deleite de tu alma se han apartado de ti; todas las cosas delicadas y espléndidas se acabaron para ti, y no serán halladas jamás. 15 Los mercaderes de estas cosas, que se enriquecieron a costa de ella, se pondrán a lo lejos, por miedo a su tormento, llorando y lamentándose,

16 y dirán: “¡Ay, ay de la ciudad grande, que se vestía de finísimo lino, de púrpura y de escarlata, y se adornaba de oro, de pedrería y perlas; 17 porque en una sola hora fue devastada tanta riqueza!” Y todo piloto, y todos los que navegan de cabotaje, los marineros y cuantos explotan el mar se detuvieron lejos, 18 y al ver el humo de su incendio dieron voces, diciendo: “¿Quién como esta ciudad tan grande?” 19 Y arrojaron polvo sobre sus cabezas y gritaron, y llorando y lamentándose, dijeron: ¡Ay, ay de la ciudad grande, en la cual por su opulencia se enriquecieron todos los poseedores de naves en el mar! porque en una sola hora fue desolada”. 20 ¡Alégrate sobre ella, oh cielo, y vosotros, los santos y los apóstoles y los profetas, pues juzgándola Dios os ha vengado de ella!


El Juicio Definitivo Sobre Babilonia

Cap 18: 21 Y un ángel poderoso alzó una piedra grande como rueda de molino, y la arrojó al mar, diciendo: “Así, de golpe, será precipitada Babilonia, la ciudad grande, y no será hallada nunca más. 22 No se oirá más en ti voz de citaristas, ni de músicos, ni de tocadores de flauta y trompeta, ni en ti volverá a hallarse artífice de arte alguna, ni se escuchará más en ti ruido de molino. 23 Luz de lámpara no brillará más en ti, ni se oirá en ti voz de novio y de novia, porque tus traficantes eran los magnates de la tierra, porque con tus hechicerías han sido embaucados todos los pueblos. 24 Y en ella fue encontrada sangre de profetas y de santos, y de todos los que fueron sacrificados sobre la tierra”.

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APOCALIPSIS 19

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Versículos:  01  |  06  |  11  |  16  |  21

Aleluya en el Cielo
El Triunfo de Cristo


Aleluya en el Cielo

Cap 19: 1 Después de esto oí en el cielo como una gran voz de copiosa multitud, que decía “¡Aleluya! La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios; 2 porque fieles y justos son sus juicios, pues Él ha juzgado a la gran ramera, que corrompía la tierra por su prostitución, y ha vengado sobre ella la sangre de sus siervos”. 3 Y por segunda vez dijeron: “¡Aleluya!” Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos. 4 Y se postraron los veinticuatro ancianos, y los cuatro vivientes, y adoraron al Dios sentado en el trono, diciendo: “Amén. ¡Aleluya!” 5 Y salió del trono una voz que decía: “¡Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, los que le teméis, pequeños y grandes!”

6 Y oí una voz como de gran muchedumbre, y como estruendo de muchas aguas, y como estampido de fuertes truenos, que decía: “¡Aleluya! porque el Señor nuestro Dios, el Todopoderoso, ha establecido el reinado. 7 Regocijémonos y saltemos de júbilo, y démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. 8 Y se le ha dado vestirse de finísimo lino, espléndido y limpio; porque el lino finísimo significa la perfecta justicia de los santos”. 9 Y me dijo: “Escribe: ¡Dichosos los convidados al banquete nupcial del Cordero!” Díjome también: “Estas son las verídicas palabras de Dios”. 10 Caí entonces a sus pies para adorarlo. Mas él me dijo: “Guárdate de hacerlo. Yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos, los que tienen el Testimonio de Jesús. A Dios adora. El testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía”.



 

CRISTO REY

(Vers. 19:11 – Cap. 20)


 



El Triunfo de Cristo

Cap 19: 11 Y Vi el cielo abierto, y he aquí un caballo blanco, y el que montaba es el que se llama Fiel y Veraz, que juzga y pelea con justicia. 12 Sus ojos son llama de fuego, y en su cabeza lleva muchas diademas, y tiene un nombre escrito que nadie conoce sino Él mismo. 13 Viste un manto empapado de sangre, y su Nombre es: el Verbo de Dios. 14 Le siguen los ejércitos del cielo en caballos blancos, y vestidos de finísimo lino blanco y puro. 15 De su boca sale una espada aguda, para que hiera con ella a las naciones. Es Él quien las regirá con cetro de hierro; es Él quien pisa el lagar del vino de la furiosa ira de Dios el Todopoderoso.

16 En su manto y sobre su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores. 17 Y vi un ángel de pie en el sol y gritó con poderosa voz, diciendo a todas las aves que volaban por medio del cielo: “Venid, congregaos para el gran festín de Dios, 18 a comer carne de reyes, carne de jefes militares, carne de valientes, carne de caballos y de sus jinetes, y carne de todos, de libres y esclavos, de pequeños y grandes”. 19 Y vi a la bestia, y a los reyes de la tierra, y a sus ejércitos, reunidos para dar la batalla contra Aquel que montaba el caballo y contra su ejército. 20 Y la bestia fue presa, y con ella el falso profeta, que delante de ella había hecho los prodigios, por medio de los cuales había seducido a los que recibieron la marca de la bestia y a los que adoraron su estatua. Estos dos fueron arrojados vivos al lago del fuego encendido con azufre.

21 Los demás fueron trucidados con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se hartaron de la carne de ellos.

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APOCALIPSIS 20

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Versículos:  01  |  06  |  11

Satanás es atado por espacio de Mil Años
Satanás es soltado y derrotado definitivamente
El Juicio Final


Satanás es atado por espacio de Mil Años

Cap 20: 1 Y vi un ángel que descendía del cielo y tenía en su mano la llave del abismo y una gran cadena. 2 Y se apoderó del dragón, la serpiente antigua, que es el Diablo y Satanás, y lo encadenó por mil años, 3 y lo arrojó al abismo que cerró y sobre el cual puso sello para que no sedujese más a las naciones, hasta que se hubiesen cumplido los mil años, después de lo cual ha de ser soltado por un poco de tiempo. 4 Y vi tronos; y sentáronse en ellos, y les fue dado juzgar, y (vi) a las almas de los que habían sido degollados a causa del testimonio de Jesús y a causa de la Palabra de Dios, y a los que no habían adorado a la bestia ni a su estatua, ni habían aceptado la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. 5 Los restantes de los muertos no tornaron a vivir hasta que se cumplieron los mil años. Esta es la primera resurrección.

6 ¡Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección! Sobre éstos no tiene poder la segunda muerte, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, con el cual reinarán los mil años.


Satanás es soltado y derrotado definitivamente

Cap 20: 7 Cuando se hayan cumplido los mil años Satanás será soltado de su prisión, 8 y se irá a seducir a los pueblos que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y Magog a fin de juntarlos para la guerra, el número de los cuales es como la arena del mar. 9 Subieron a la superficie de la tierra y cercaron el campamento de los santos y la ciudad amada; mas del cielo bajó fuego [de parte de Dios] y los devoró. 10 Y el Diablo, que los seducía, fue precipitado en el lago de fuego y azufre, donde están también la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.


El Juicio Final

Cap 20: 11 Y vi un gran trono esplendente y al sentado en él, de cuya faz huyó la tierra y también el cielo; y no se halló más lugar para ellos. 12 Y vi a los muertos, los grandes y los pequeños, en pie ante el trono y se abrieron libros –se abrió también otro libro que es el de la vida– y fueron juzgados los muertos, de acuerdo con lo escrito en los libros, según sus obras. 13 Y el mar entregó los muertos que había en él; también la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14 Y la muerte y el Hades fueron arrojados en el lago de fuego. Esta es la segunda muerte: el lago de fuego. 15 Si alguno no se halló inscrito en el libro de la vida, fue arrojado al lago de fuego.

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DIOS EN MEDIO DE SU PUEBLO

(Cap. 21 – Vers. 22:17)


 



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APOCALIPSIS 21

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Versículos:  01  |  06  |  11  |  16  |  21  |  26

Cielo Nuevo y Nueva Tierra
La Nueva Jerusalén


Cielo Nuevo y Nueva Tierra

Cap 21: 1 Y Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían pasado, y el mar no existía mas. 2 Y vi la ciudad, la santa, la Jerusalén nueva, descender del cielo de parte de Dios, ataviada como una novia que se engalana para su esposo. 3 Y oí una gran voz desde el trono, que decía: “He aquí la morada de Dios entre los hombres. Él habitará con ellos, y ellos serán sus pueblos, y Dios mismo estará con ellos, 4 y les enjugará toda lágrima de sus ojos; y la muerte no existirá mas; no habrá más lamentación, ni dolor, porque las cosas primeras pasaron”. 5 Y Aquel que estaba sentado en el trono dijo: “He aquí, Yo hago todo nuevo”. Dijo también: “Escribe, que estas palabras son fieles y verdaderas”.

6 Y díjome: “Se han cumplido. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tenga sed Yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. 7 El vencedor tendrá esta herencia, y Yo seré su Dios, y él será hijo mío. 8 Mas los tímidos e incrédulos y abominables y homicidas y fornicarios y hechiceros e idólatras, y todos los mentirosos, tendrán su parte en el lago encendido con fuego y azufre. Ésta es la segunda muerte”.


La Nueva Jerusalén

Cap 21: 9 Y vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo diciendo: “Ven acá, te mostraré la novia, la esposa del Cordero”. 10 Y me llevó en espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la ciudad santa Jerusalén, que bajaba del cielo, desde Dios,

11 teniendo la gloria de Dios; su luminar era semejante a una piedra preciosísima, cual piedra de jaspe cristalina. 12 Tenía muro grande y alto, y doce puertas, y a las puertas doce ángeles, y nombres escritos en ellas, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel: 13 tres puertas al oriente, tres puertas al septentrión, tres puertas al mediodía, tres puertas al occidente. 14 El muro de la ciudad tenía doce fundamentos, y sobre ellos doce nombres de los doce apóstoles del Cordero. 15 Y el que hablaba conmigo tenía como medida una vara de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro.

16 La ciudad se asienta en forma cuadrada, siendo su longitud igual a su anchura. Y midió la ciudad con la vara: doce mil estadios; la longitud y la anchura y la altura de ella son iguales. 17 Midió también su muro: ciento cuarenta y cuatro codos, medida de hombre, que es (también medida) de ángel. 18 El material de su muro es jaspe, y la ciudad es oro puro, semejante al cristal puro. 19 Los fundamentos del muro de la ciudad están adornados de toda suerte de piedras preciosas. El primer fundamento es jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, calcedonia; el cuarto, esmeralda; 20 el quinto, sardónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el nono, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista.

21 Y las doce puertas son doce perlas; cada una de las puertas es de una sola perla, y la plaza de la ciudad de oro puro, transparente como cristal. 22 No vi en ella templo, porque su templo es el Señor Dios Todopoderoso, así como el Cordero. 23 La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que la alumbren, pues la gloria de Dios le dio su luz, y su lumbrera es el Cordero. 24 Las naciones andarán a la luz de ella y los reyes de la tierra llevan a ella sus glorias. 25 Sus puertas nunca se cerrarán de día –ya que noche allí no habrá–

26 y llevarán ella las glorias y la honra de las naciones. 27 Y no entrará en ella cosa vil, ni quien obra abominación y mentira, sino solamente los que están escritos en el libro de vida del Cordero.

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APOCALIPSIS 22

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Versículos:  01  |  06  |  11  |  16  |  21

El Río y el Árbol de la Vida
Confirmación de las Profecías de Este Libro
El Tiempo está Cerca


El Río y el Árbol de la Vida

Cap 22: 1 Y me mostró un río de agua de vida, claro como cristal, que sale del trono de Dios y del Cordero. 2 En medio de su plaza, y a ambos lados del río hay árboles de vida, que dan doce cosechas, produciendo su fruto cada mes; y las hojas de los árboles sirven para sanidad de las naciones. 3 Ya no habrá maldición ninguna. El trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos lo adorarán, 4 y verán su rostro: y el Nombre de Él estará en sus frentes. 5 Y no habrá más noche; ni necesitan luz de lámpara, ni luz de sol, porque el Señor Dios lucirá sobre ellos, y reinarán por los siglos de los siglos.


Confirmación de las Profecías de Este Libro

Cap 22: 6 Y me dijo: “Estas palabras son seguras y fieles; y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel para mostrar a sus siervos las cosas que han de verificarse en breve. 7 Y mirad que vengo pronto. Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro”. 8 Yo, Juan, soy el que he oído y visto estas cosas, cuando las oí y vi, me postré ante los pies del ángel que me las mostraba, para adorarlo. 9 Mas él me dijo: “Guárdate de hacerlo, porque yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. A Dios adora”.


El Tiempo está Cerca

Cap 22: 10 Y díjome: “No selles las palabras de la profecía de este libro, pues el tiempo está cerca.

11 El inicuo siga en su iniquidad, y el sucio ensúciese más; el justo obre más justicia, y el santo santifíquese más. 12 He aquí que vengo presto, y mi galardón viene conmigo para recompensar a cada uno según su obra. 13 Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin. 14 Dichosos los que lavan sus vestiduras para tener derecho al árbol de la vida y a entrar en la ciudad por las puertas. 15 ¡Fuera los perros, los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras y todo el que ama y obra mentira!

16 Yo Jesús envié a mi ángel a daros testimonio de estas cosas sobre las Iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella esplendorosa y matutina”. 17 Y el Espíritu y la novia dicen: “Ven”. Diga también quien escucha: “Ven”. Y el que tenga sed venga; y el que quiera, tome gratis del agua de la vida.


 

EPÍLOGO

(Cap. 22:18 – Fin Cap. 22)


 


18 Yo advierto a todo el que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguien añade a estas cosas, le añadirá Dios las plagas escritas en este libro; 19 y si alguien quita de las palabras del libro de esta profecía, le quitará Dios su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa, que están descritos en este libro. 20 El que da testimonio de esto dice: “Sí, vengo pronto”. ¡Así sea: ven, Señor Jesús!

21 La gracia del Señor Jesús sea con todos los santos. Amén.

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(*) “La Sagrada Biblia. Texto del Antiguo y Nuevo Testamento. Versión directa de los textos primitivos y de la traducción de la Vulgata Latina al Español.” Por Monseñor Juan Straubinger, Dr. Honoris Causa de la Universidad de Münster (Alemania), profesor de la Sagrada Escritura en el Seminario Mayor San José de la Archidiócesis de La Plata (Argentina). La traducción de Straubinber contó con la colaboración del sacerdote argentino Juan Carlos Ruta.

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División en secciones, títulos de sección (I, II, III, IV, etc.) y títulos de párrafo (en negrita, centrado) según Straubinger. Párrafos originales de Straubinger marcados con el signo "¶". Paréntesis en medio del texto (en itálica): son de Straubinger.

Última revisión de este documento: 21 de Agosto de 2023



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