Carta Pública Dirigida a: Conferencia Episcopal Española de la Santa Iglesia Católica Romama

Escrita por: Miguel de Portugal

Fechada: Febrero 21, 2001


Mis queridos hermanos en Cristo - Paz!

Son muchos los años que, en silencio, soy testigo del dime-y-direte asociado con el Espiscopado Español, los fieles, el gobierno central de España y los actos de terrorismo en vuestro pais.

Ahora parece que llegamos a otro máximo más en la curva cíclica de dicho dime-y-direte ya que en los diarios Ibéricos estamos otra vez leyendo muy frecuentemente sobre dicho tema.

Arriesgándome a ser acusado de radical, permítanme, queridos hermanos, sugerirles que, contrario a las normas de los últimos 2,000 años, atenuadas por notables excepciones, prueben obedecer al fundador de la Iglesia, Nuestro Señor Jesucristo, aunque fuera una sola vez. ¿Quién sabe? Capaz les de buenos resultado a ustedes también, ya que así Él lo promete.


Si ustedes encabezaran un movimiento en la Iglesia Católica Española para que se ofrecieran los méritos de muchas Santas Misas y muchos Santos Rosarios para la conversión de aquellos que promueven los actos de terrorismo en vuestro país, el problema con ETA y otros grupos quedaría resuelto.

Otro beneficio sería dar un buen ejemplo a los fieles quienes, a su vez, al ver el sorprendente resultado de ofrecer oraciones por los enemigos de la paz y armonía, rezarían por sus propios enemigos a nivel local.

¿Qué les parece, hermanos? ¡Imagínense! Empezar a vivir el Evangelio y no vivir del Evangelio! ¡Qué novedad! [Judas 1:11-25]

Esperamos ver el verdadero nivel de vuestra fe según actuen a tenor de nuestra humilde sugerencia.

Firmado por: miguel de Portugal


P.D. Una vez yo creí lo que os recomiendo como acto de fe. Dios, sin ser yo merecedor, me ha premiado con el entender el mecanismo espiritual que se pone en marcha cuando hacemos lo recomendado. Pruébenlo; no falla. Hay más probabilidades de que la fuerza de gravedada falle de que lo que nos recomendó Nuestro Señor falle.


Copias a la Prensa Española y a ciertos miembros de la Curia Romana