RESUMEN PRELIMINAR

La correcta lectura de las Escrituras nos muestra que Jesucristo nombró clara e inequívocamente a Pedro como Cabeza Administrativa —“Cefas”— de la institución que debería guiar al Cuerpo Místico de Cristo, la Iglesia, en la Tierra.

Pero no es lo mismo ser la Cabeza de la institución encargada de guiar al Cuerpo Místico de Cristo en la tierra que ser la Cabeza del Cuerpo Místico de Cristo.

La única y verdadera Cabeza del Cuerpo Místico de Cristo, la Iglesia, es Jesucristo y nadie más. Negar la Palabra de Dios es negar a Dios y a nuestro Salvador, Jesucristo, la Palabra de Dios hecha carne.

INTRODUCCIÓN

Los Fieles Católico-Romanos se han vuelto muy sensitivos en lo que se refiere a la función y los títulos del Obispo de Roma – el Papa. Desde luego, esto no ha sido un acontecimiento arbitrario; ha sido programado por los que quieren utilizar al Papado para favorecer sus propios planes (no necesariamente por los Papas).

Es bastante similar a lo que hicieron los codiciosos de poder temporal desde el Vaticano (no necesariamente los Papas) de hace siglos al producir el falso documento de La Donación de Constantino (2). Mediante dicho documento se le hizo creer al mundo que el Emperador Constantino había legado el Imperio Romano a los Sucesores de Pedro.


REFERENTE A LA PIEDRA/ROCA DE FUNDAMENTO DE LA IGLESIA

Suponiendo que el siguiente pasaje bíblico...


... no haya sido retocado en algún momento de la historia, debemos preguntar:

¿Quién es “la Roca” sobre la cual la Iglesia ha sido fundada?

Esto, claramente y sin lugar a dudas, ha sido establecido por la Palabra de Dios tal y como se manifiesta en las Sagradas Escrituras.

La Roca / la Piedra angular


En este punto es oportuno indicar que la misma escena bíblica descrita en Mateo 16:16-18 solamente se menciona en otro Evangelio – el de Lucas:


En la versión de Lucas no hay ninguna mención —directa ni indirecta— acerca de sobre quién o sobre qué cosa iba a ser fundada la Iglesia.


La Cabeza

“La Cabeza” [Cefas] es una cosa; “La Roca de Fundamento” [Kefas] es otra.


“Kefas” y “Cefas” no tienen el mismo significado pero su ortografía ha permitido mucho margen para la confusión o el engaño rotundo. “Kefas” significa piedra o roca, mientras que “Cefas” significa cabeza.

Por ejemplo, en la versión griega del Nuevo Testamento (3), en el versículo 1 Corintios 9:5 la palabra “Cefas” está escrita como “Κηφας” (que se lee “Kefas”), empezando por la letra Kappa (equivalente a la K castellana). Sin embargo, lo correcto en ese versículo, así como también en Juan 1:42, habría sido escribir “Cefas”, no “Kefas”.

También encontramos que Cefas es un sobrenombre sirio y que “céfalo” es la forma griega de “cabeza”, como en “cefalópodo”.

No somos expertos lingüísticos pero, estando bastante familiarizados con las manipulaciones de las que se vale el Vaticano para lograr sus muy mundanos planes, nos damos cuenta de que el parecido (y consecuente confusión) entre las palabras Cefas y Kefas permite que el engaño de transformar a Simón en la Roca de fundamento de la Iglesia sea un procedimiento muy fácil —sin importar todas las citas mencionadas arriba que claramente indican que la Roca es Jesucristo— la Palabra de Dios Encarnada.


LA ROCA – En Conclusión

Si todos los versículos de las Escrituras citados anteriormente son copiados y recopiados, traducidos y retraducidos así como manipulados durante siglos, el resultado es justo lo que el hombre de iniquidad necesitaba para hacer caer a la Humanidad en la mayor de las trampas:

A través de una “tradición” cuidadosamente programada, el Obispo de Roma, el Papa, ha sido hecho ambos, la Roca sobre la que la Iglesia está fundada así como la Cabeza Espiritual de la Iglesia.

¿Por qué el hombre de iniquidad necesita que esta dualidad sea así? La respuesta es bastante simple. El hombre de iniquidad razonó que si él llega a controlar y manipular al hombre que es el Papa, una posición que se le ha hecho creer a los fieles que está ocupada por un hombre divinizado, entonces el hombre de iniquidad puede conducir a una gran mayoría a la perdición.

La verdad Bíblica evidente es que la Roca “sobre la cual está fundada la Iglesia” es Cristo a Quien Pedro acababa de reconocer como tal (como hemos leído antes en Mateo 16: 16-18).

Esto no sólo está confirmado por el hecho de que sobre un hombre caído (incluyendo al Papa) un Edificio Divino como la Iglesia no puede ser fundado, sino también por las susodichas palabras citadas de Pablo a los Corintios, Romanos y Efesios, así como por la propia declaración de Pedro.

Tendríamos que ignorar 2.000 años de Cristianismo mal enseñado y aplicado, incluyendo los graves errores de muchos de los Papas desde el principio, así como el registro criminal de algunos de ellos (mal llamados “Papas”) (4), para creer que Dios pondría los fundamentos de Su Iglesia sobre un apoyo tan débil —el hombre caído— cualquier hombre.

En las prisas para hacer de Pedro el fundamento de la Iglesia, se hizo caso omiso de que Jesucristo claramente y sin lugar a dudas nombró a Pedro como Cabeza Administrativa, Cefas – no Kefas, de la institución que había de guiar al Cuerpo Místico de Cristo, la Iglesia, en la tierra, tal como Pablo también confirmó.

No es lo mismo ser la Cabeza de la institución encargada de guiar al Cuerpo Místico de Cristo en la tierra que ser la Cabeza del Cuerpo Místico de Cristo. La única y verdadera Cabeza del Cuerpo Místico de Cristo, la Iglesia, es Jesucristo y nadie más.

Vamos a cerrar esta sección con las Palabras de nuestro Señor – Jesucristo:


Todos los que fundamenten su fe sobre lo que los Administradores de la Iglesia dicen y no sobre la Santa Palabra de Dios (5) caerán, cuando la Iglesia sea purificada (6), igual que cae un casa construida sobre la arena.


SOBRE INFALIBILIDAD PAPAL

Para asegurar que el plan de perdición sería tan perfecto como fuera posible, el hombre ha sido manipulado para definir y proclamar el concepto de Infalibilidad. Nadie comprobó que dicha proclamación ni siquiera se aplica a San Pedro, como claramente lo ilustra la carta de Pablo a los Gálatas:


Este rechazo de la “alfombra de infalibilidad Papal” fue confirmado el 7 de diciembre de 1965 cuando, un día antes de cerrar el Concilio, Pablo VI y Atenágoras I hicieron una declaración conjunta en la que mutuamente deploraban y levantaban la excomunión que había sido pronunciada en 1054 y que dio lugar al cisma entre las Iglesias del Este y del Oeste.

Este rechazo fue confirmado más tarde por nada menos que S.S. Juan Pablo II durante el Año Jubileo. En el transcurso de este año, S.S. Juan Pablo II pidió repetidamente perdón a Dios por las faltas pasadas y presentes de los hijos de la Iglesia. Muchas de esas “faltas”, léase “pecados”, fueron cometidas o aprobadas por el Papa de la época particular (4) en cuestión.


INFALIBILIDAD – En Conclusión

Debería entonces estar claro, hasta para la mente más limitada, que un Papa Infalible no cometería errores, sin embargo se han producido muchos y muy graves errores lo largo de los últimos 2000 años, empezando por Pedro tal y como hemos mostrado anteriormente.

Por lo tanto, la Infalibilidad Papal, en términos de que el Papa es infalible en todo lo que hace y/o dice, cae en la misma categoría que la ya mencionada Donación de Constantino (2). Un mito para consolidar el Poder Temporal del Papa – algo que Jesucristo Mismo rechazó desde el principio:


Para una evaluación en profundidad de la alegación de Infalibilidad, es posible visitar nuestro documento que trata ese tema en extensión. (7)


EPÍLOGO I

Ahí reside la realidad del Ministerio Petrino que S.S. Juan Pablo II estuvo intentado definir con claridad – un trabajo iniciado por S.S. Juan XXIII y continuado por S.S. Pablo VI. Una definición que es completamente aceptable para la Iglesia Oriental. Sin embargo, S.S. Juan Pablo II no fue autorizado por los “agentes de la bolsa” de Poder Temporal que controlan el Vaticano.

El Obispo de Roma, el Papa, incuestionablemente ha sido nombrado la Cabeza Espiritual —el “Cefas” (Líder)— de la institución encargada de guiar al Cuerpo Místico de Cristo, la Iglesia, en la tierra.

Nos damos cuenta de que lo dicho aquí causará mucha consternación entre algunos Católicos Romanos pero, como hemos dicho antes, no existimos para agradar a la gente, sino para agradar a Dios [Parafraseando Gálatas; 1:10]. Lo que escribimos y decimos es para ser “visto” y “oído” por los que tienen “ojos para ver”, “y oídos para oír” (8).


EPÍLOGO II

Una vez que S.S. Juan Pablo II terminó su Pontificado todo lo que hemos tratado en este documento sólo tiene valor histórico. Juan Pablo II fue el último legítimo Sucesor de Pedro. (9)









In English:  The True Petrine Ministry – The True Rock of Foundation was Christ – St. Peter was the administrative head